La economía rusa ha superado todos los pronósticos a pesar de las severas sanciones impuestas después de la invasión de Ucrania hace dos años. Aunque muchos predijeron una crisis económica, Rusia ha logrado mantenerse a flote y prosperar. Según Elina Ribakova, economista del Instituto Peterson de Economía Internacional, hay tres razones principales para esto. En primer lugar, el sistema financiero ruso estaba preparado para enfrentar las sanciones, ya que desde la anexión de Crimea en 2014, Moscú estaba en modo de respuesta a la crisis. En segundo lugar, Rusia ha obtenido beneficios masivos de las exportaciones de petróleo y gas. Y en tercer lugar, los controles de exportación no han sido efectivos para evitar que Rusia obtenga los bienes necesarios para su complejo militar-industrial a través de terceros países.

Aunque algunos expertos argumentan que el entorno macroeconómico de Rusia se ha deteriorado debido a las sanciones y a la caída de los ingresos por exportaciones de petróleo y gas, el país ha logrado capear las sanciones eludiendo los controles de exportación y vendiendo su petróleo en todo el mundo. La flota de barcos en la sombra de Rusia ha sido clave para llevar su petróleo a mercados en países como China, India y Pakistán. Sin embargo, algunos advierten que las reservas se agotarán y que la economía rusa sufrirá daños significativos una vez que termine el conflicto en Ucrania.

El gasto en defensa también ha sido un factor clave en el desempeño económico de Rusia. El elevado gasto público en misiles, artillería y drones ha impulsado el PIB, pero algunos economistas advierten que esta actividad no es productiva a medio plazo y puede dañar a la economía en el futuro. Además, el mercado laboral ha experimentado cambios significativos debido al servicio militar obligatorio y a la emigración de trabajadores cualificados. Aunque el desempleo es bajo, los salarios han aumentado, lo que ha impulsado la inflación del consumo.