Mauricio Macri, quien anda boyando buscando desesperadamente demostrar que aún le queda algo de poder político, ha ordenado a «sus» diputados que suspendan cualquier negociación con el gobierno actual en el Congreso. Esto se da en medio de una sesión convocada por legisladores de las bancadas de Miguel Pichetto y Facundo Manes para tratar una ley que permitiría rechazar los decretos de necesidad y urgencia (DNU) con el voto afirmativo de una sola de las cámaras. Esta iniciativa busca reformar una ley impulsada por la ex presidenta Cristina Kirchner que dificultaba el rechazo del Congreso a esa facultad presidencial.

Según fuentes del PRO, Macri exige un «acuerdo público» entre su partido y La Libertad Avanza (LLA), el partido de Javier Milei, para las elecciones del 2025, como condición para que su bancada siga respaldando al gobierno. El expresidente entiende que este trato debería concretarse durante el verano, bajo la amenaza de que el oficialismo se quede sin el apoyo de la bancada amarilla si los libertarios no aceptan las condiciones de Macri.

Esta jugada de Macri responde a su preocupación de que, sin el respaldo del PRO y sin la facilidad que otorgan los DNU, el Congreso podría convertirse en «un calvario» para Milei. Los diputados macristas admiten que la negociación podría resultar exitosa, pero advierten que «habrá guerra» si no se cumplen los acuerdos o no llega una oferta atractiva de Balcarce 50 para las listas.

La tensión entre Macri y los libertarios se ha intensificado a medida que el gobierno atraviesa una mejoría en los indicadores macroeconómicos, lo que fortalece a quienes creen que el oficialismo puede prescindir del PRO. Sin embargo, los macristas consideran que el gobierno «haría bien en evitar que recordemos cuán hijos de puta somos».