El resultado electoral de Juntos en Mar del Plata fue, como se esperaba, amplio y sencillo.
Pero lo más importante es el poder que acumulará el Intendente llegado de CABA, Guillermo Montenegro, quien podrá contar en el Concejo Deliberante con los votos de Juntos y los bloques del Frente de Todos y Acción Marplatense cuando realmente lo necesite. Del lado opositor sólo estará Crear, el partido nuevo que ya cuenta con dos concejales.
Por el lado del Frente de Todos, hubo ganadores: Sívori es una concejal laboriosa y continuará cuatro años más, Ariel Ciano (no es el Cholo, es su hijo) logró extender el cobro de su sueldo a costa de los vecinos (estaba muy contento anoche) y Fernanda Raverta logró su objetivo: colocar a su marido en el Senado Bonaerense (le costará a los vecinos unos 15 millones de pesos mensuales).
A diferencia de lo que algunos medios de comunicación oficialistas afirman, Montenegro no plebiscitó su gestión.
Anoche, el intendente obtuvo un porcentaje menor al logrado por la lista de Juntos por el Cambio mientras gobernaba Carlos Fernando Arroyo. Ayer, el oficialismo local obtuvo el 46,6% y en las legislativas de 2017, alcanzó el 48,6%.
Ni encabezando lista con el Mago sin Dientes (podrían haberlo traído de CABA como a Montenegro) Juntos hubiera logrado menos del 45%, pero cada analista lo presenta según sus intereses.
La peor elección fue sin dudas la de Acción Marplatense. Más desorientado en estrategia electoral que Pablo Obeid con el Frente de Todos, Gustavo Pulti cometió su peor error político desde los 90 a la fecha.
Ya había sido advertido: si se presentaba encabezando la boleta corta de Acción Marplatense, el 85% de los vecinos no lo hubieran acompañado, pero con el 15% que sí, hubiera ingresado nuevamente al Concejo Deliberante presidiendo un bloque de 4 o 5 concejales.
Con el pobre nivel político de los actuales concejales, Pulti se hubiera convertido rápidamente en protagonista y candidato indiscutible para recuperar la intendencia en 2023.
Pero al ex intendente, creer que nadie entiende más que él le resultó como es habitual a quienes no quieren escuchar: No va a tener forma de recuperar la confianza de los vecinos para presentarse en 2023 como candidato a intendente. Con éste error, Pulti ya fue, Acción Marplatense apenas es un sello y la ciudad perdió la posibilidad de volver a contar con uno de los mejores concejales que ha tenido.
Como únicos opositores quedaron los dos concejales del bloque Crear. Seguramente el único bloque de concejales que no será funcional al intendente y que acompañará iniciativas siempre y cuando no incluyan “extras” innecesarios como la inversión de $ 4.000.000.000 en mini terminales de colectivo urbano que propuso Montenegro y que pagarían los vecinos de su bolsillo.
Crear dispondrá de dos años con representación legislativa y para trabajar en su instalación como fuerza política de cara al 2023. Logró un 5% de votos con sólo cuatro meses (se alejó de Juntos cuando estaba por comenzar la campaña para las PASO) y ahora sí tendrá el tiempo necesario para que ese 5% crezca de la mano de construir políticamente y de la vidriera mediática (parcial) por contar con concejales propios.
Montenegro viene llevando adelante una pobre gestión. Calles rotas, inseguridad, crecimiento de bandas narcos, abandono de los paseos turísticos, y la lista sigue.
Hasta hoy, con ser anti k le fue suficiente, pero para el 2023 tendrá que demostrar que es eficiente en todas las áreas en las que hasta ahora hizo agua y que determinan la calidad de vida de los vecinos.
Joaquín Gayone
Agencia País