La Conferencia de Seguridad de Múnich, la importante cita internacional que terminó este domingo en Alemania, desnudó la creciente división entre Estados Unidos y sus principales socios europeos en temas como el acuerdo nuclear con Irán y el temor a una nueva carrera armamentista mundial.

El último de los tres días de la conferencia estuvo centrado en las tensiones en Medio Oriente, como la supervivencia del acuerdo nuclear con Irán, el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi el año pasado a manos de funcionarios de esa monarquía, las guerras en Siria y Yemen, el bloqueo a Qatar y el conflicto israelí-palestino.

El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, le había pedido a los socios europeos de Estados Unidos que se retiren del acuerdo nuclear multilateral firmado entre Irán y las principales potencias mundiales en 2015 para limitar dramáticamente el desarrollo nuclear iraní a cambio de levantar las sanciones internacionales contra la República Islámica.

Pese a que los auditores internacionales aseguraron una y otra vez que Irán estaba cumpliendo el acuerdo, el presidente estadounidense, Donald Trump, lo abandonó y reimpuso sanciones aún más duras al Gobierno de Teherán.

Hace unas semanas, las tres principales potencias europeas -Alemania, Reino Unido y Francia- ratificaron su decisión de quedarse dentro del acuerdo y lanzaron un mecanismo financiero especial para que todos los países europeos puedan seguir comerciando con Irán sin ser sancionados por Estados Unidos.