La reunión entre representantes de 17 provincias y el secretario de Hacienda de la Nación, Carlos Guberman, enviado por Luis «Toto» Caputo, no llegó a buen puerto, generando tensión entre los gobiernos provinciales y la administración central. Ante la falta de propuestas concretas por parte de Nación, los ministros de Economía provinciales se reunieron en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) para diseñar una estrategia legal que les permita acceder a los fondos retenidos por el gobierno nacional.

Los gobernadores buscan que se distribuyan los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), se eliminen los fondos fiduciarios y se reparta lo recaudado por el impuesto a los combustibles. El ministro de Economía de Santa Fe, Pablo Olivares, fue contundente al señalar que el superávit que pregona el gobierno nacional se construye con fondos que pertenecen a las provincias. «Los ATN son recursos que vienen de la masa coparticipable y tienen como destino a las provincias. Cuando un estado nacional recauda ATN y no distribuye, lo que está contabilizando es un superávit por el retraso del envío a las provincias, por lo tanto, está generando un superávit con plata de las provincias», declaró Olivares.

La postura del gobierno nacional de solo coparticipar una parte del impuesto a los combustibles líquidos destinada a obras viales, y transferir a las provincias la responsabilidad de las rutas, junto con sus ingresos y gastos, generó aún más malestar. La negativa a distribuir los ATN, salvo en situaciones de emergencia, fue la gota que colmó el vaso e impulsó a los gobernadores a buscar soluciones legislativas para revertir la situación. Existe un fuerte consenso entre los mandatarios provinciales para eliminar los fondos fiduciarios y que la Nación se haga cargo de las obras si decide quedarse con esos recursos.

Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) reveló que la Coparticipación Federal cayó un 3,9% interanual en el último mes, a pesar del incremento en la recaudación por IVA. La caída del 18,7% en el impuesto a las Ganancias representa un duro golpe para las finanzas provinciales.