La Unión Europea (UE) ha respondido a la tregua arancelaria propuesta por Donald Trump, anunciando la suspensión, también por un período de 90 días, de las contramedidas que tenía preparadas en respuesta a los aranceles comerciales impuestos por Estados Unidos. Esta decisión busca facilitar las negociaciones bilaterales y evitar una escalada mayor en la disputa comercial.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, comunicó la decisión a través de la red social X, advirtiendo que «Si las negociaciones no son satisfactorias, nuestras contramedidas entrarán en vigor».
Este gesto por parte de la UE tiene como objetivo generar un ambiente de distensión en un contexto global marcado por crecientes tensiones comerciales, especialmente en sectores clave como el acero, el aluminio, los bienes tecnológicos y el agro.
Durante los últimos años, la relación comercial entre Washington y Bruselas ha estado marcada por la imposición de aranceles cruzados que han afectado tanto a productos industriales como agrícolas. Aunque la administración de Joe Biden logró aliviar algunas tensiones, ciertos aranceles heredados de la era Trump aún permanecen vigentes.
La UE había estado preparando un paquete de contramedidas ante la falta de avances en la eliminación de estos aranceles. Sin embargo, la decisión actual refleja una voluntad política de buscar acuerdos a través de la diplomacia, en un momento en que ambos bloques buscan coordinar posiciones frente a China y fortalecer su relación estratégica.
Los próximos tres meses serán cruciales para que ambas partes logren un entendimiento, especialmente en sectores como el metalúrgico y el energético. De no haber avances, la UE retomará sus medidas compensatorias, que podrían incluir nuevos aranceles a productos estadounidenses. Esta pausa en las represalias coincide con los esfuerzos de la UE por agilizar el acuerdo comercial con el Mercosur, en parte debido a la posibilidad de un endurecimiento de la política exterior de Donald Trump en caso de regresar a la Casa Blanca.