La reciente aparición pública de Javier Milei en Paraguay ha generado preocupación en algunos sectores del gobierno, así como comentarios entre quienes presenciaron el anuncio conjunto con su homólogo Santiago Peña.

Luego de su discurso en conmemoración de la guerra de Malvinas, donde defendió el derecho de autodeterminación de los isleños, generando rechazo entre los ex combatientes, y tras el fallido intento de reunión con Donald Trump en Mar-a-Lago, que provocó tensiones internas en el gobierno, Milei había mantenido un silencio llamativo, incluso en redes sociales.

Su visita a Paraguay mostró a un presidente errático, con un ritmo pausado y confundiendo palabras en un breve texto de no más de tres minutos. También llamó la atención el uso de términos como «colectivismo», propios de su batalla cultural, en un contexto donde el presidente paraguayo Santiago Peña no está tan involucrado en ese tipo de discurso.

Milei no solo tuvo dificultades durante su comparecencia con Peña, que inicialmente incluía una rueda de prensa con periodistas acreditados en el Palacio de López, sede del Ejecutivo paraguayo, sino que la conferencia fue cancelada sin explicaciones por parte de la Presidencia de Paraguay. El evento se limitó a un breve comentario de Peña y Milei, sin anuncios relevantes y con un tono más cercano a una campaña política.