Elon Musk, el reconocido empresario tecnológico, ha expresado públicamente su desacuerdo con la política arancelaria impulsada por el ex presidente Donald Trump. En un evento reciente en Italia, Musk abogó por la eliminación total de aranceles entre Estados Unidos y Europa, una postura que choca directamente con las medidas proteccionistas que Trump ha estado implementando.

La propuesta de Musk se produce en un momento de gran incertidumbre económica, donde los mercados financieros han mostrado volatilidad ante las políticas comerciales de la administración Trump. La imposición de aranceles del 20% a productos provenientes de la Unión Europea ha generado preocupación entre los inversores y líderes empresariales, quienes temen un impacto negativo en el crecimiento económico global.

La respuesta desde la Casa Blanca no se hizo esperar. Peter Navarro, asesor comercial de Trump, desestimó la opinión de Musk, refiriéndose a él como un simple «ensamblador de autos» que depende de componentes importados. Navarro defendió la política arancelaria de Trump, argumentando que su objetivo es fortalecer la industria nacional y fomentar la producción local de bienes y servicios. «Queremos neumáticos hechos en Akron, transmisiones fabricadas en Indianápolis, motores producidos en Flint y Saginaw, y queremos que los autos se construyan aquí, en Estados Unidos», afirmó Navarro.

La controversia surge en un contexto de creciente preocupación por el impacto de la guerra comercial en la economía estadounidense. Jamie Dimon, presidente ejecutivo de JPMorgan Chase, advirtió sobre las posibles consecuencias a largo plazo de las tensiones comerciales, mientras que Bill Ackman, gestor de fondos, alertó sobre un posible «invierno nuclear económico» si no se corrige el rumbo. La empresa de Musk, Tesla, también se ha visto afectada por la incertidumbre del mercado, con una caída significativa en el valor de sus acciones.

Por su parte, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, manifestó la disposición de la Unión Europea a negociar una propuesta de «cero por cero» en aranceles para bienes industriales, abriendo una puerta al diálogo en medio de las tensiones comerciales.