El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha confirmado que Argentina recibirá un desembolso de 8.000 millones de dólares, aunque solo 5.600 millones de dólares serían de libre disponibilidad. Kristalina Georgieva, titular del FMI, anunció que el directorio tratará el nuevo acuerdo a mediados de abril, luego de que Argentina solicitara un primer desembolso equivalente al 40% del programa. Georgieva consideró esta solicitud como «razonable», destacando el desempeño del país.
Según fuentes de La Política Online, de los 8.000 millones de dólares iniciales, se deben descontar 2.400 millones de dólares correspondientes a vencimientos de intereses de deuda con el propio FMI. Esto dejaría 5.600 millones de dólares disponibles para intervenir en el mercado cambiario. Sin embargo, el FMI, por estatuto, no permite que sus fondos se utilicen para sostener un tipo de cambio artificialmente bajo. Por esta razón, se ha rumoreado que el organismo habría impuesto una meta trimestral de acumulación de reservas de 5.000 millones de dólares, una cifra similar al monto de libre disponibilidad.
La gran incógnita sigue siendo qué exigió el FMI en materia cambiaria a cambio de aprobar el nuevo acuerdo. Se sabe que el Fondo promueve la liberación del cepo y la libre flotación como mecanismos para fortalecer las reservas. Esta política implicaría una devaluación, que se vuelve más significativa a medida que se acumula el atraso cambiario con un crawling peg del 1%. En este contexto, Domingo Cavallo publicó una columna en la que advierte que la asistencia del FMI no resolverá las inconsistencias del esquema cambiario actual, argumentando que usar las reservas para mantener un «atraso cambiario» es contraproducente. Expertos señalan que la exigencia del FMI de acumular reservas esconde un pedido de devaluación.