Mauricio Macri se reunió con referentes del PRO de diversas provincias. En una reciente cena en la quinta de Jorge Triaca, el ex presidente se reunió con intendentes y líderes del partido, donde se discutieron estrategias para las próximas elecciones. Macri aprovechó la ocasión para reafirmar su compromiso con la renovación del PRO y la inclusión de nuevas figuras en la política.

El ex mandatario tiene en mente realizar una serie de recorridas por el país, con especial énfasis en la Ciudad de Buenos Aires, donde se celebrarán elecciones clave el 18 de mayo. Esta elección será un termómetro para medir fuerzas y negociar posibles alianzas con La Libertad Avanza y Javier Milei. Jorge Macri ha desdoblado la contienda electoral para blindar el bastión del PRO, que gobierna desde hace 17 años. Los resultados de esta votación serán fundamentales no solo para evaluar el respaldo al PRO, sino también para determinar la viabilidad de que Mauricio se postule como senador nacional, así como para observar cómo se estructura la provincia de Buenos Aires, considerada la madre de las batallas contra el peronismo. En general, la intención es confluir con la Casa Rosada en defensa del cambio, aportando republicanismo y calidad institucional, especialmente ante el descontento por el decreto para designar jueces y otras maniobras del oficialismo que han generado críticas.

Entre los asistentes a la cena se encontraba un representante del gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio y presidentes provinciales del PRO, como Gabriel Santillán de Santiago del Estero, Gabriel Pradines de Mendoza, Gisela Scaglia de Santa Fe, Juan Martín de Río Negro, Martín Ardohain de La Pampa, Marcos Amarilla de Formosa, Enzo Cornejo y Federico Fonzar de San Juan. La presencia de estos líderes locales subraya la intención de Macri de fortalecer la estructura del partido en el interior del país y promover una nueva generación de candidatos que representen los intereses de cada provincia.

Durante la ronda de exposiciones junto al ex presidente, se presentaron dos posturas distintas: la de ir con el sello PRO solos y la de quienes impulsan una alianza a toda costa con La Libertad Avanza. Mauricio Macri promueve la primera opción y lo dejó muy claro, generándose cierta tensión en el aire a pesar del efecto de distensión que suelen propiciar los asados. La única salvedad a las posturas enfrentadas fue la del rionegrino Juan Martín, quien manifestó la necesidad de que en cada provincia se definan las estrategias según la realidad política y el grado de coincidencias entre el PRO y otros espacios políticos. Martín pidió no federalizar la disputa por CABA, argumentando que en el interior la realidad es completamente diferente; no hay un enfrentamiento con La Libertad Avanza y tampoco sería inteligente forzarlo si no hay motivos.

La postura de Juan Martín fue bien recibida por el propio Mauricio Macri, quien expresó entender la situación y dio su consentimiento para que, al menos en Río Negro, las decisiones se tomen localmente.

En la provincia gobernada por Alberto Weretilneck, tienen claros varios puntos importantes: el gobernador ha hecho innumerables e impensadas alianzas electorales que le permitieron salir airoso. Ha colaborado con radicales, peronistas, kirchneristas e independientes; todo puede pasar. Por otro lado, a pesar de la pérdida de potencia electoral de Macri en el interior, el PRO en la provincia obtendría, según una encuesta que llegó al despacho del gobernador, un 10% de los votos. El mismo estudio indica que La Libertad Avanza, luego de los últimos desaciertos del presidente y sin él en la boleta, apenas llegaría al 20%. En ese contexto, todos pierden, pero sobre todo La Libertad Avanza, que aspiraría a ingresar un solo senador frente a un escenario más favorable en alianza con el PRO. El 10% parece poco en soledad, pero suma mucho si se considera que LLA apenas alcanza el 20%.

Weretilneck sabe que una alianza LLA + PRO no solo sumaría, sino que además sería atractiva para parte del electorado que, por separado, no votaría a ninguna de las dos fuerzas, pero sí apoyaría un entendimiento entre ambos espacios. La mesa chica del gobernador podría buscar generar distanciamiento entre LLA y el PRO para evitar esa suma en la que uno más dos podrían sumar cuatro. La única definición pendiente es adónde van a parar el 2 al 4% de los votos que podría sumar el diputado Aníbal Tortoriello, quien abandonó el PRO rionegrino luego de perder la interna y posteriormente fracasar con el armado de su partido político propio. Vaya a LLA o en alianza con María Emilia Soria para enfrentar a Weretilneck, la influencia del político-empresario no es un porcentaje que incline ninguna balanza.

Los principales actores políticos van entendiendo que el contexto está polarizado. El electorado exige respuestas, exige resultados. No hay lugar para los personalismos, porque la política en la provincia tiene muchas demasiadas deudas pendientes. En Río Negro, los vecinos reclaman un cambio radical, pero no mesiánico.