Mauricio Macri ha intensificado su distanciamiento del gobierno de Javier Milei al criticar la reciente designación por decreto de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema. En una reunión del PRO, el ex presidente intentó impulsar un rechazo unificado a estos nombramientos, pero no logró consolidar el apoyo necesario dentro de su partido. Durante el encuentro, que tuvo lugar en San Telmo, se evidenció una fuerte división en la mesa ejecutiva, donde algunos miembros expresaron su respaldo a las decisiones del gobierno actual.
Macri, quien se retiró de la reunión sin hacer declaraciones a la prensa, justificó su ausencia argumentando que debía asistir al cumpleaños de su hija. Sin embargo, su postura fue clara en un comunicado difundido en redes sociales, donde afirmó que «la experiencia empírica me indica que la designación de jueces a través de un mecanismo como el utilizado por el gobierno no es correcta». Esta afirmación hace eco de su propio intento de nombrar jueces por decreto durante su mandato, lo que añade una capa de complejidad a su crítica actual.
El intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, fue uno de los principales defensores de la designación de Lijo, lo que generó tensiones adicionales entre los miembros del PRO. La falta de un comunicado oficial tras la reunión, que se esperaba al menos cuatro horas después del encuentro, subraya la incapacidad del partido para llegar a un consenso. A pesar de las diferencias, algunos senadores del PRO han indicado que la mayoría votará en contra de los pliegos propuestos por el gobierno para la Corte Suprema, lo que refleja un descontento persistente con las decisiones del Ejecutivo.
La situación se complica aún más por la creciente tensión entre el PRO y La Libertad Avanza, el partido de Milei. Macri intenta mantener un vínculo con el presidente, pero su descontento hacia algunos de los asesores de Milei, como Santiago Caputo, es evidente. Esto sugiere que, aunque el ex presidente busca una alianza pragmática, las diferencias ideológicas y estratégicas dentro del PRO podrían dificultar cualquier tipo de colaboración significativa en el futuro.