El partido conservador de Alemania, la Uniòn Demócrata Cristiana (CDU), liderado por Friedrich Merz, ganó las elecciones generales en Alemania y volverá al poder después de cuatro años de gobierno socialdemócrata. La CDU obtuvo el 28% de los votos y 208 escaños en el Bundestag (parlamento alemán).

La ultraderecha alemana, representada por el partido Alternativa por Alemania (AfD), que había recibido el apoyo explícito de Elon Musk, no logró alcanzar el poder y se quedó con el 20% de los votos. La derrota de la ultraderecha alemana es un golpe para Donald Trump, quien había invitado a los principales referentes de la ultraderecha alemana a su asunción en el Capitolio y había recibido elogios de Steve Bannon en la Conferencia de Acción Política Conservadora.

El nuevo canciller de Alemania, Friedrich Merz, es un político liberal que defiende una política económica de libre mercado, reducción de impuestos y regulaciones, y una flexibilización del mercado laboral. Merz ha dejado claro que no acordará con la ultraderecha y quiere negociar con un solo partido para formar gobierno.

La derrota de la ultraderecha alemana es un golpe para Trump en el preciso momento en el que enfrenta a Europa porque decidió aliarse a Putin y abandonar a Ucrania, a quien dejó afuera de las negociaciones con Rusia para acordar los términos del fin de la guerra, que podría implicar que el país de Zelensky pierda un cuarto de su territorio.

El partido de Merkel vuelve al poder después de cuatro años de gobierno socialdemócrata, y Merz ha dicho que su prioridad es que Europa «consiga independencia estratégica de Estados Unidos». Esto tiene como objetivo recuperar el liderazgo europeo que se perdió con el gobierno de Olaf Scholz y, además de incluir el tema Ucrania, tiene como horizonte el avance de la construcción de una relación más cercana a China, algo que Merkel inició pero quedó a medio camino tras terminar su gobierno.