El presidente de Bolivia, Luis Arce, ha expresado su firme rechazo a las deportaciones masivas de bolivianos que residen en Estados Unidos, instando a que la migración sea reconocida como un derecho humano. Durante su intervención en la Cumbre Extraordinaria de los Pueblos y Gobiernos del ALBA-TCP, Arce subrayó la importancia de garantizar un trato digno y humano a los migrantes, en lugar de ser tratados como «delincuentes».
Arce hizo un llamado a las Naciones Unidas para que se declare la migración como un derecho humano, enfatizando que la criminalización de la migración es un desafío que debe ser enfrentado. «Debemos garantizar un trato digno a cada persona en movilidad, protegiendo sus derechos humanos y de sus familias», afirmó el mandatario.
El presidente boliviano también mostró su indignación por las imágenes de deportaciones en Estados Unidos, donde hombres y mujeres son tratados de manera inhumana, evocando recuerdos de la esclavitud. «No podemos permitir estas violaciones de los derechos de los migrantes», añadió. Arce insistió en que, aunque cada país tiene derecho a definir sus políticas migratorias, estas deben alinearse con los tratados internacionales que buscan proteger la integridad de los migrantes.
En este contexto, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de EE. UU. ha anunciado que las deportaciones continuarán a un ritmo alarmante, entre 1.000 y 1.200 deportaciones diarias. Arce reafirmó que no se permitirá que los bolivianos sean tratados como delincuentes y exigió un trato humano para sus compatriotas.
Además, el presidente Arce extendió su apoyo a otros países de la región, como Cuba y México, en respuesta a las políticas de Estados Unidos, rechazando las medidas económicas y las acusaciones infundadas que afectan a estos países.