El gobierno argentino se encuentra en un momento decisivo tras una reunión con los aliados, donde se discutió la posible suspensión de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Este encuentro, que tuvo lugar el pasado martes, fue calificado como “muy positivo” por las autoridades, aunque persisten tensiones sobre dos temas críticos: la falta de un presupuesto y el futuro de las PASO.
Los líderes de los bloques opositores, incluidos el PRO, la Unión Cívica Radical (UCR) y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), expresaron su disposición a continuar el diálogo, pero también manifestaron sus reservas respecto a algunos proyectos propuestos por el Ejecutivo. Se acordó formar una mesa de trabajo con equipos técnicos de cada partido para alcanzar consensos y sumar votos de otros bloques menores.
Desde el gobierno, se enviará al vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y a la secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo, María Ibarzábal Murphy, para colaborar en esta mesa. La discusión sobre las PASO ha generado tres posiciones distintas: el Ejecutivo busca eliminarlas, el PRO propone suspenderlas, y la UCR sugiere modificarlas para reducir costos.
La próxima sesión en la Cámara de Diputados, programada para el 6 de febrero, se dedicará exclusivamente a este tema, mientras que el presupuesto no será parte del debate. Las diferencias entre los bloques de oposición son evidentes, y se están llevando a cabo reuniones para unificar criterios sobre la eliminación de las PASO y otros cambios en el financiamiento de los partidos políticos.
A medida que se acercan las sesiones extraordinarias, las posturas dentro del PRO y la UCR siguen evolucionando. Algunos miembros del PRO abogan por suspender las PASO, mientras que otros consideran que su eliminación sería más apropiada. La UCR, por su parte, se muestra más reticente a la eliminación total y busca modificaciones que mantengan la esencia de las primarias.
El panorama se complica aún más con la falta de una postura unificada dentro del bloque peronista, lo que podría afectar las posibilidades de avanzar con cualquier reforma electoral. La situación sigue siendo incierta, y el tiempo apremia para alcanzar un acuerdo.