La reciente detención de un joven en Argentina ha puesto en alerta a las autoridades sobre la amenaza del extremismo islámico en el país. David Nazareno Ávila, de 21 años, fue arrestado en General Roca, provincia de Río Negro, tras una exhaustiva investigación que duró nueve meses. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó que el detenido estaba en la «última etapa para consumar un atentado» y que su arresto representa un operativo histórico en la lucha contra el terrorismo.

Ávila había estado en contacto con grupos vinculados al Estado Islámico, conocido como Daesh, y había utilizado diversas plataformas de redes sociales para difundir propaganda yihadista. Según las investigaciones, el joven había solicitado instrucciones sobre cómo fabricar explosivos y había expresado su deseo de llevar a cabo un ataque en Argentina. En sus comunicaciones, se refería al gobierno argentino como «sionista» y afirmaba que debía «pagar por sus pecados».

La detención se llevó a cabo mediante allanamientos simultáneos, donde se confiscó su celular, el cual contenía imágenes y conversaciones que comprometían su implicación en actividades terroristas. En uno de los mensajes hallados, Ávila pedía ayuda para aprender a hacer explosivos, lo que alarmó a los investigadores sobre su potencial para llevar a cabo un ataque.

Además de su conexión con el extremismo, se reveló que Ávila había sido voluntario en el Ejército Argentino, aunque fue dado de baja tras un breve período debido a su falta de adaptación y disciplina. Las fuentes indican que su paso por las fuerzas armadas no fue exitoso, ya que no cumplió con los requisitos necesarios para continuar en el servicio.

El operativo que culminó en su arresto fue el resultado de la colaboración entre la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal y la Prefectura, y contó con el asesoramiento del FBI. Bullrich destacó que gracias a este trabajo coordinado, se frustraron los planes de Ávila antes de que pudiera causar daño, y que su arresto es un claro mensaje sobre la determinación del gobierno argentino para enfrentar las amenazas globales.

La investigación sigue en curso, y las autoridades continúan analizando el contenido del celular de Ávila para desentrañar posibles conexiones con redes internacionales de radicalización y otros individuos que pudieran estar involucrados en planes similares.