El panorama electoral en Corrientes se presenta tenso y lleno de desafíos, especialmente para el oficialismo, que se encuentra en una encrucijada tras el escándalo del caso Loan, que ha afectado gravemente la imagen del gobernador Gustavo Valdés. Este año, la provincia elegirá un nuevo gobernador, ya que Valdés no puede postularse para un tercer mandato debido a las restricciones constitucionales. La situación ha generado una lucha interna por la sucesión que podría fragmentar el frente oficialista ECO + Vamos Corrientes.

La denuncia presentada por el fiscal Guillermo Marijuan, que acusa a Valdés de encubrimiento, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público en el marco de la desaparición de Loan Peña, ha sacudido no solo la provincia, sino también el ámbito político nacional. Este caso, que involucra la desaparición de un niño de cinco años, ha conmovido a la sociedad argentina, generando una ola de indignación y demandas de justicia que han resonado en todo el país. La presión pública y los llamados a la rendición de cuentas han aumentado, lo que ha dejado a Valdés en una posición extremadamente vulnerable justo cuando se preparaba para las elecciones.

A pesar de las dificultades, Valdés tiene la intención de imponer a su candidato preferido como sucesor. Los nombres que suenan incluyen al intendente de Ituzaingó, Juan Pablo Valdés, y al actual mandatario de la ciudad de Corrientes, Eduardo Tassano. Sin embargo, el exgobernador Ricardo Colombi, quien ha sido un rival político significativo, podría complicar las cosas si decide presentar su propia candidatura. Esto podría llevar a una división en el voto oficialista, dificultando alcanzar la mayoría necesaria en la primera vuelta.

La incertidumbre sobre su futuro en la política se intensifica a medida que se acerca la fecha de las elecciones, y su capacidad para mantener el apoyo de su base se pone a prueba en medio de un clima de creciente desconfianza hacia su gestión. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, expresó que involucrar al gobernador en este caso es un «despropósito», pero la percepción general es que su administración no ha manejado adecuadamente la crisis. Este golpe político ha llevado a Valdés a replantear su estrategia electoral, ya que la fragmentación del oficialismo y el crecimiento de la oposición podrían complicar aún más su situación.

El gobernador Valdés tiene la potestad de definir la fecha de las elecciones, lo que le otorga cierta ventaja estratégica. Se espera que la convocatoria se realice entre abril y mayo, con las elecciones programadas para agosto. Sin embargo, la presión por el caso Loan y la fragmentación del oficialismo podrían jugar un papel crucial en el resultado de los comicios. En este contexto, el desafío para Valdés y su equipo será consolidar una estrategia que logre mantener la unidad dentro del oficialismo, mientras que, al mismo tiempo, deben enfrentarse a una oposición que se reorganiza y a un electorado que busca alternativas.