La justicia argentina ha reafirmado que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado, aunque aún no se ha determinado quiénes son los responsables de su muerte. Un informe reciente del fiscal Eduardo Taiano, encargado del caso, confirma que Nisman fue víctima de un homicidio, pero reconoce que la identidad de los autores materiales e intelectuales sigue siendo un misterio, a casi diez años de su fallecimiento.
Nisman, que investigaba el atentado terrorista contra la mutual judía AMIA en 1994, fue encontrado muerto en su departamento el 18 de enero de 2015, justo un día antes de que iba a presentar su denuncia ante el Congreso, en la que acusaba a la entonces presidenta Cristina Kirchner y a otros funcionarios de encubrimiento. El informe señala que su muerte estuvo relacionada con su trabajo en la Unidad Fiscal-AMIA y su oposición al Memorándum de Entendimiento firmado entre Argentina e Irán.
El documento también menciona las múltiples dificultades que ha enfrentado la investigación, incluyendo irregularidades en la pesquisa inicial que sugieren la posible intervención de funcionarios del gobierno de aquel entonces. Además, se ha solicitado al actual gobierno acceso a archivos reservados, lo que podría ayudar a esclarecer el caso.
La investigación ha recorrido un camino complicado, con diferentes peritajes que han llegado a conclusiones contradictorias. Mientras que un primer informe sugirió un suicidio, un segundo estudio determinó que Nisman fue asesinado por al menos dos personas. La fiscalía sostiene que los asesinos intentaron simular un suicidio y que Nisman fue obligado a arrodillarse antes de recibir el disparo.
A pesar de los avances en la investigación, el informe concluye que, hasta el momento, no hay indicios claros sobre quiénes fueron los autores del asesinato ni quiénes lo ordenaron. La búsqueda de justicia por la muerte de Nisman continúa, mientras la sociedad argentina espera respuestas sobre este enigma que ha marcado la política del país.