Bancos internacionales que prestaron mil millones de dólares para un acuerdo de recompra (Repo) estarían interesados en el Banco Nación. La Comisión Nacional de Valores (CNV) ha eliminado varias regulaciones que limitaban a las empresas públicas en su acceso al mercado de capitales, lo que podría facilitar la privatización del Banco Nación, considerado un activo valioso por su valuación de 25 mil millones de dólares.
La CNV ha publicado resoluciones que levantan restricciones sobre los balances que las empresas públicas deben cumplir, lo que ha generado preocupación entre expertos sobre el aumento del riesgo en el mercado de capitales argentino. Un exfuncionario de la CNV advirtió que esta desregulación podría afectar la reputación del sistema financiero del país.
El Banco Nación, que había sido retirado de la lista de entidades privatizables, ahora parece estar en el centro de un plan más amplio que incluye su salida al mercado de capitales. En reuniones recientes en Nueva York, directivos del banco han discutido la posibilidad de emitir bonos de deuda corporativos, lo que marcaría un paso hacia su privatización. Los mismos bancos que participaron en el acuerdo de Repo, como BBVA, Santander, J.P. Morgan, ICBC y Citi, están posicionándose para beneficiarse de esta nueva fase.
El acuerdo de Repo, que implica un crédito a dos años y cuatro meses a una tasa del 8.8% anual, ha planteado interrogantes sobre el costo final para el Estado argentino, que podría llegar a desembolsar hasta 2,800 millones de dólares al final del período. La situación ha llevado a la unión de trabajadores bancarios, liderada por Sergio Palazzo, a manifestar su oposición a la entrada de capital privado en el Banco Nación.
En resumen, la privatización del Banco Nación se perfila como un tema candente en la agenda económica argentina, con implicaciones significativas para el futuro del sistema financiero del país y la estabilidad de sus instituciones.