Un reciente brote de gastroenteritis ha generado preocupación en varias ciudades costeras de Brasil, especialmente en los estados de San Pablo y Santa Catarina. Las autoridades sanitarias han alertado sobre un aumento en las infecciones gastrointestinales, vinculadas principalmente a la exposición a la bacteria Escherichia coli en aguas contaminadas. Los síntomas de esta enfermedad incluyen diarrea, dolor abdominal, náuseas, vómitos y fiebre, lo que ha llevado a un monitoreo intensivo de la calidad del agua en las playas.
Para garantizar la seguridad de los bañistas, Brasil ha implementado un sistema de monitoreo que clasifica las playas como “aptas” o “no aptas” para el baño. Este sistema, gestionado por el Instituto del Medio Ambiente (IMA) en Santa Catarina, analiza semanalmente los niveles de contaminación en 87 puntos de la costa. En el último informe, se observó que solo el 64,37% de los puntos eran considerados seguros, lo que representa una disminución respecto a semanas anteriores. Las autoridades han recomendado evitar las playas después de lluvias intensas y cerca de desagües pluviales, donde el riesgo de contaminación es mayor.
Por otro lado, se ha registrado un aumento significativo en los casos de virosis gastrointestinal en Florianópolis, donde la Secretaría Municipal de Salud ha informado que los registros superan la media histórica de los últimos cinco años. Los expertos advierten que la transmisión de estas virosis puede ocurrir a través de agua o alimentos contaminados, lo que resalta la importancia de consumir productos de fuentes confiables y mantener una buena higiene.
En Balneario Camboriú, la situación varía según la ubicación, con algunos puntos de la popular playa considerados aptos y otros no, debido a problemas de saneamiento. Las autoridades instan a los turistas a consultar los informes de calidad del agua antes de disfrutar de las playas, especialmente durante la temporada alta de verano, cuando el flujo turístico aumenta y los microorganismos proliferan.