El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tomó la decisión de indultar a su hijo, Hunter Biden, el pasado domingo, evitando así que este enfrente una posible condena de prisión por delitos graves relacionados con la posesión de armas y la evasión fiscal. Esta acción ha generado una fuerte controversia, especialmente porque Biden había prometido no utilizar su poder de indulto para beneficiar a miembros de su familia. La medida se produce poco después de que Hunter fuera declarado culpable en dos casos judiciales en Delaware y California.
En su comunicado, Biden expresó que “la política ha infectado este proceso”, refiriéndose a la influencia política en los cargos que enfrentaba su hijo. El indulto no solo abarca los delitos por posesión de armas y evasión fiscal, sino que también incluye cualquier otro delito que Hunter haya podido cometer desde enero de 2014 hasta diciembre de 2024. Esta decisión se da en un contexto donde Hunter ha luchado contra una adicción a las drogas y ha enfrentado múltiples problemas legales.
Hunter Biden, quien ha admitido sus errores y se ha comprometido a ayudar a otros que enfrentan problemas similares, se declaró culpable de cargos menores para evitar un juicio que podría haber revelado detalles íntimos de su vida personal. La reacción a esta decisión no se ha hecho esperar, y figuras políticas como Donald Trump han criticado fuertemente el indulto, calificándolo de “abuso y una injusticia”. Trump, quien también ha utilizado su poder de indulto en el pasado, cuestionó si este indulto se extendería a otros prisioneros, refiriéndose a los involucrados en la insurrección del 6 de enero de 2021.
La controversia en torno a la decisión de Biden refleja la polarización política en Estados Unidos, donde los rivales políticos han utilizado la situación de Hunter como un arma para atacar al presidente. A medida que se acerca la toma de posesión de Trump, este episodio se suma a la creciente tensión en el panorama político del país.