La Libertad Avanza generó una fuerte controversia al anunciar el lanzamiento de un «brazo armado» que defienda a Javier Milei, durante un acto encabezado por Daniel Parisini, conocido en redes sociales como «El Gordo Dan». El evento, que busca establecer una estructura territorial del espacio oficialista, ha despertado preocupación en diversos sectores políticos por su retórica y simbología.
La presentación, que se desarrollaró en un teatro de San Muguel, ha causado particular inquietud por la estética utilizada en su promoción, donde Parisini aparece en poses que remiten a la iconografía del fascismo italiano. El anuncio de un «brazo armado» en plena democracia resulta especialmente controvertido, considerando el contexto histórico argentino y los valores democráticos establecidos desde 1983.
La iniciativa, que cuenta con el respaldo de figuras cercanas a Santiago Caputo, principal asesor presidencial, plantea interrogantes sobre la dirección que está tomando el espacio libertario. La retórica utilizada en la convocatoria y la referencia explícita a un «movimiento armado» han generado rechazo incluso dentro del propio oficialismo, donde algunas voces expresan preocupación por el mensaje que se está transmitiendo.
La escenografía del evento incluyó elementos simbólicos controvertidos, como una pancarta central que proclamaba «Argentina será el faro que ilumina el mundo», una referencia que los historiadores asociaron inmediatamente con el emblemático Rocca delle Caminate, la residencia veraniega que se convirtió en símbolo del poder durante el régimen fascista italiano, donde un faro anunciaba la presencia del líder.
El inicio del acto estuvo marcado por la particular entrada de Parisini y Romo, quienes entonaron cánticos provocadores contra sus adversarios políticos: «Me chupa la pija la opinión de los kukas». La puesta en escena incluyó detalles que buscaban vincular el evento con la figura presidencial, como la presencia de una bebida energizante, conocida por ser la preferida de Milei.
Este movimiento representa un punto de inflexión en la evolución de La Libertad Avanza, que parece alejarse de su origen como fuerza política disruptiva para adoptar elementos y símbolos que generan alarma en la sociedad civil. La decisión de utilizar terminología militar en un contexto democrático ha provocado un amplio debate sobre los límites del discurso político y la responsabilidad de los dirigentes en la preservación de las instituciones.