El próximo miércoles, el gobierno argentino enfrentará un paro general impulsado por el sector más combativo de la CGT y varios sindicatos de transporte, acompañado por movimientos sociales y estudiantiles. Esta medida de fuerza, que inicialmente se centraba en el transporte, ha sumado el apoyo de distintos gremios y sectores sociales, generando un clima de tensión. El paro afectará principalmente a los servicios de carga y pasajeros, aunque la circulación de colectivos no se verá interrumpida, ya que la Unión Tranviarios Automotor no se ha unido a la protesta.
El conflicto se enmarca en un contexto de críticas al gobierno de Javier Milei, quien ha redoblado sus ataques hacia las universidades públicas. Milei ha sido claro en su intención de auditar los fondos universitarios, afirmando que «los chorros no van a tener paz en la Argentina». Este conflicto ha generado resistencia en las autoridades académicas, que rechazan la intervención del gobierno en los fondos destinados a las casas de estudio.
Entre los que apoyan el paro se encuentran figuras destacadas como Pablo Moyano y Omar Pérez (Camioneros), Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), y otros líderes gremiales que buscan presionar al gobierno para que revierta algunas de sus políticas. En paralelo, sindicatos de docentes universitarios y trabajadores estatales han expresado su adhesión al paro, mientras que agrupaciones estudiantiles han convocado a una movilización al día siguiente.
A pesar de los esfuerzos del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para dialogar con los líderes sindicales, no se ha logrado un acuerdo que evite el paro. Este será el tercer paro masivo contra la gestión de Milei, en un contexto donde la falta de transporte podría provocar una baja significativa en la actividad laboral del país.