El conflicto universitario en Argentina se intensifica con la ocupación de más de 40 facultades por parte de los estudiantes, quienes se oponen al veto presidencial de la Ley de Financiamiento Universitario. La situación ha llevado a un aumento de las tensiones con el gobierno, especialmente después de que la Procuración del Tesoro autorizara a la SIGEN a auditar las universidades. La medida ha sido vista por los estudiantes como una provocación y un intento de intimidación, lo que ha solidificado su decisión de mantener las ocupaciones.

Varias universidades nacionales, incluidas la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), continúan con las tomas en numerosas facultades. En la UBA, las facultades de Exactas, Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Psicología, Sociales, y Filosofía y Letras permanecen ocupadas, mientras que Derecho y Medicina han cesado la medida. En la UNLP, la ocupación se extiende a facultades como Psicología, Humanidades, y Artes, entre otras, y se espera que Arquitectura se sume pronto.

En el interior del país, universidades como la Universidad Nacional de Rosario (UNR), la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), y la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) también participan en las tomas. Las acciones se coordinan mediante asambleas estudiantiles, donde se toman decisiones sobre la continuidad de las protestas y se planean actividades como clases públicas y movilizaciones. En algunas universidades, las tomas cuentan con el apoyo de las autoridades, quienes buscan no interrumpir el calendario académico.

La situación escaló particularmente en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, donde la intervención de la policía generó denuncias de criminalización de la protesta. Los estudiantes, decididos a continuar su lucha, organizan actividades para visibilizar sus demandas y fortalecer la unidad entre las diferentes instituciones educativas afectadas. Este clima de conflicto y resistencia estudiantil se mantiene en un punto álgido mientras se aproxima un paro universitario programado para el 17 de octubre.