Argentina se ha convertido en el único país del G20 que no apoyó una declaración sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres, generando un notable choque con Brasil, que preside el grupo en este momento. La declaración fue firmada por ministras y funcionarios de las naciones que integran el bloque, pero los representantes argentinos, bajo el gobierno de Javier Milei, decidieron no adherir al documento. Esta postura refleja el enfoque antiglobalista y la crítica a la Agenda 2030 que ha caracterizado a la administración actual, especialmente tras la eliminación del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad y otras instituciones que promovían la igualdad de género.

La decisión de Argentina ha sido recibida con descontento por parte de otros países del G20, que representan un amplio espectro de la economía global. Una alta funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño expresó su malestar, indicando que «cuando la extrema derecha avanza, las mujeres pierden», sugiriendo que la falta de apoyo argentino a la declaración es un retroceso en la lucha por la igualdad. Este incidente ha generado tensiones adicionales entre los gobiernos de Milei y Lula Da Silva, que ya enfrentan diferencias significativas en sus políticas y enfoques de gestión.

Desde la perspectiva del gobierno argentino, se argumenta que no se apoyó el documento debido a ciertos conceptos que no se comparten, como la identificación de las labores de cuidado familiar como trabajo remunerado y la inclusión de «derechos reproductivos», un tema que Milei ha manifestado no desea promover en el ámbito internacional. A pesar de estas diferencias, la falta de adherencia a la declaración ha abierto un nuevo frente de conflicto entre Argentina y el resto de las naciones del G20, lo que podría tener repercusiones en futuros diálogos y colaboraciones en el ámbito internacional.

El tema de la igualdad de género sigue siendo un punto álgido en la política global, y la negativa de Argentina a apoyar este consenso podría impactar su postura en la próxima cumbre de presidentes del G20, programada para noviembre en Río de Janeiro. Este evento será una oportunidad clave para que Milei se enfrente a Lula y a otros líderes mundiales, en un contexto donde las diferencias en políticas de género podrían ser un tema central de discusión.