Los gremios de transporte han anunciado un paro nacional de 24 horas programado para el 30 de octubre, lo que generará importantes repercusiones en el sistema de transporte del país. Esta medida de fuerza afectará a trenes, aviones, camiones y barcos, aunque la participación de los colectivos aún está en duda, dado que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) no ha confirmado su adhesión al paro.
Originalmente, el paro estaba previsto para el 17 de octubre, pero se decidió postergarlo para asegurar una mayor participación de los trabajadores. La decisión fue tomada en un plenario de la Mesa Nacional del Transporte, donde se discutieron las preocupaciones sobre la negociación salarial y la falta de respuesta del gobierno a las demandas de los sindicatos. Los líderes de los gremios han expresado que, además de los reclamos salariales, existe una fuerte oposición a la desregulación del transporte y a las políticas que afectan los derechos de los trabajadores.
El contexto de esta medida también incluye tensiones con el gobierno, especialmente en lo que respecta a la Ley de Administración Financiera y el manejo de fondos en el sector público. En el plenario, se subrayó la importancia de defender la soberanía en el transporte y se mencionaron otros temas críticos, como la situación en hospitales y la educación.
Mientras se espera que el paro impacte severamente en los servicios de transporte, los dirigentes han dejado abierta la posibilidad de diálogo con el gobierno. Sin embargo, la falta de propuestas concretas ha llevado a los sindicatos a tomar esta medida como una forma de presión. La UTA, que está en medio de negociaciones salariales, podría decidir no participar, lo que podría debilitar la efectividad del paro.
Este paro de transporte representa un nuevo capítulo en la relación entre los gremios y el gobierno, en un momento donde la situación económica y social del país demanda respuestas efectivas y un compromiso real de las autoridades.