El ministro de Economía, Luis Caputo, ha prometido revisar el controvertido ajuste de 60 mil millones de dólares que reclamó MIlei a las provincias, en medio de una creciente ola de reclamos y críticas por parte de los gobernadores. Esta declaración surge en un contexto donde el descontento por la política fiscal del gobierno de Javier Milei ha cobrado fuerza, especialmente entre los mandatarios provinciales que sienten que las medidas impuestas podrían tener un impacto negativo significativo en sus administraciones.
Durante una reunión con varios gobernadores, Caputo reconoció la necesidad de escuchar las preocupaciones expresadas y se comprometió a evaluar las implicaciones del ajuste, que ha sido objeto de fuertes críticas por su carácter drástico. Los gobernadores, que han manifestado su descontento con las medidas de austeridad, han exigido mayor claridad sobre cómo se implementará el ajuste y qué recursos recibirán a cambio. Desde el ministerio «reconocieron que el número estaba mal y que no es un número que avala Economía».
La presión sobre el gobierno aumenta, ya que muchos mandatarios temen que el ajuste afecte su capacidad para financiar servicios esenciales y proyectos de infraestructura. La falta de consenso y la tensión en las relaciones entre el gobierno nacional y las provincias podrían complicar aún más la situación, especialmente si no se encuentran soluciones que satisfagan a ambas partes.
Caputo también ha subrayado la importancia de mantener un diálogo abierto con las provincias para asegurar que las medidas adoptadas no pongan en riesgo los servicios básicos que dependen de la financiación provincial. Sin embargo, la implementación de este ajuste sigue siendo un tema delicado y divisivo que podría marcar la agenda política en los próximos meses.