En la era digital, los jóvenes enfrentan desafíos sin precedentes que afectan su bienestar emocional. Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional reveló una preocupante disminución en los niveles de felicidad de los adolescentes a nivel mundial. Esta tendencia se atribuye a factores económicos, sociales, digitales, así como al cambio climático y la incertidumbre sobre el futuro.

Las redes sociales, aunque ofrecen conexiones globales, también fomentan la comparación social y la ansiedad. «Las presiones sociales y tecnológicas son abrumadoras para los jóvenes de hoy», afirma Cimenna Chao Rebolledo, investigadora de la Universidad Iberoamericana. Además, la amenaza inminente del cambio climático y las divisiones sociales y políticas alimentan la desesperanza y la falta de control.

Sin embargo, la tecnología también puede ser una herramienta poderosa para potenciar la educación y, en consecuencia, el bienestar de los estudiantes. En un reciente webinar organizado por Ticmas, expertos en educación y tecnología compartieron ejemplos concretos de cómo integrar la inteligencia artificial (IA) en el aula.

Daniel Rebolledo, de Google for Education, destacó: «La IA permite una evaluación constante de nuestras prácticas docentes y nos ayuda a ajustar las clases para maximizar el aprendizaje». Walter Genoud, asesor pedagógico de Ticmas, utiliza la IA para «enriquecer sus clases y desarrollar las habilidades que serán cruciales en la vida profesional de sus estudiantes».

Laura Cofré, profesora de Química Industrial y Robótica, comentó: «La IA me permite reducir tiempos en la planificación y me ofrece nuevas ideas para abordar temas complejos». Estos expertos enfatizaron la importancia de guiar a los estudiantes en el uso responsable de la tecnología, fomentando así un entorno de aprendizaje enriquecedor y estimulante.

Ante este panorama, el FMI propone soluciones para abordar la disminución de la felicidad juvenil. Priorizar el apoyo a la salud mental, fomentar las conexiones interculturales en el mundo real, impulsar la reforma de las redes sociales y promover una educación orientada al futuro son algunas de las medidas recomendadas.

La clave radica en encontrar un equilibrio entre el aprovechamiento de la tecnología y el cultivo de relaciones humanas significativas. Al integrar la IA en la educación de manera responsable y al abordar los factores que contribuyen al descontento juvenil, podemos allanar el camino hacia un futuro más brillante y feliz para las generaciones venideras.