El gobierno brasileño aceptó la solicitud argentina de asumir la representación de sus intereses en Venezuela y brindar protección a los opositores venezolanos que se encuentran asilados en la residencia del embajador argentino en Caracas.
Esta medida se produce tras la expulsión del personal diplomático argentino decretada por el régimen de Nicolás Maduro, luego de que el presidente Javier Milei desconociera los resultados electorales considerados fraudulentos. La tensión había escalado peligrosamente, con fuerzas chavistas rodeando la embajada.
En un acto simbólico, el encargado de negocios argentino, Andrés Mangiarotti, procedió a izar la bandera brasileña en las instalaciones diplomáticas, poniendo fin a la presencia directa de funcionarios argentinos que abandonen territorio venezolano este jueves en vuelo hacia Portugal.
«Agradezco enormemente la disposición de Brasil a hacerse cargo de la custodia de la Embajada y de nuestros connacionales allí», expresó Milei, dejando de lado las tensas diferencias con su par Lula da Silva ante la gravedad de la situación.
La líder opositora María Corina Machado celebró el gesto brasileño como un paso que «podría contribuir a avanzar en un proceso de negociación constructiva» para garantizar la integridad de Rafael Urruchurtu, Magalí Meda, Humberto Villalobos, Claudia Macero, Omar González y Fernando Martínez Mottola.
No obstante, la compleja salida de los asilados continúa siendo un desafío prioritario para la diplomacia argentina. Aunque se barajó una posible intermediación italiana, fuentes oficiales descartaron opciones en ese sentido.
Pese a las dificultades, la decisión de Brasilia abre un nuevo cauce para encauzar una solución negociada que resguarde los derechos humanos de los opositores refugiados, en el marco de los estrechos lazos que unen históricamente a las naciones del Cono Sur.