Tras años de persecución y encarcelamiento injusto, Julián Assange, el fundador de WikiLeaks, ha recuperado finalmente su libertad. En su primera declaración pública desde su liberación, Assange reafirmó con vehemencia su compromiso inquebrantable con la transparencia y la rendición de cuentas gubernamental. Sus palabras resuenan como un grito de guerra contra aquellos que buscan ocultar la verdad al público.
Desde la cuenta de WikiLeaks, éste fue el mensaje difundido: «Los pseudoperiodistas han hecho del periodismo «una de las profesiones menos confiables, más deshonestas, cobardes, descuidadas, cínicas, antiintelectuales, obsesionadas por el poder y gregarias que existen, cuya incompetencia y duplicidad han llevado directamente a la muerte y el desplazamiento de millones de personas».
En su poderoso mensaje compartido en X, la plataforma anteriormente conocida como Twitter, Assange dejó claras sus intenciones: «No me callaré. No me rendiré. No me someteré. Seguiré luchando. Por la libertad, por la justicia, por la transparencia, por la democracia». Con una determinación inquebrantable, el activista australiano se comprometió a continuar su cruzada por desenmascarar los abusos de poder y las mentiras gubernamentales.
«La persecución que he sufrido es un claro recordatorio de los peligros que enfrentan aquellos que desafían a los poderosos al exponer la verdad», escribió Assange. Sus palabras resuenan como un llamado a la acción para todos aquellos que valoran la libertad de información y la responsabilidad pública. Asimismo, instó a sus seguidores a «unirse a la lucha por la libertad de expresión y la transparencia gubernamental».
La liberación de Julián Assange marca un nuevo capítulo en la batalla por la verdad y la rendición de cuentas. Con su voz recuperada, el fundador de WikiLeaks se ha convertido en un símbolo de resistencia contra la opresión y la censura. Su mensaje es claro: la transparencia es esencial para una sociedad libre y democrática, y aquellos que luchan por ella no deben ser silenciados ni intimidados. En un mundo cada vez más oscuro, la luz de la verdad brilla con más fuerza gracias a hombres valientes como Julián Assange.