El régimen de Nicolás Maduro ha dejado al descubierto su carácter antidemocrático al expulsar a numerosos políticos extranjeros que acudieron a Venezuela como observadores electorales, pese a las invitaciones cursadas por la oposición. Esta acción ha generado un fuerte revuelo internacional de cara a los comicios presidenciales de este domingo.
En un claro gesto de censura, el gobierno chavista deportó a dos senadores chilenos, Felipe Kast y José Manuel Rojo Edwards, quienes habían sido convocados por la disidencia venezolana. «Esto demuestra que todas las palabras de algunos que dicen que es una democracia es simplemente una gran mentira», denunció Kast al ser obligado a abandonar el país.
Pero la represión no se limitó a los legisladores chilenos. Una delegación del Partido Popular español, encabezada por el eurodiputado Esteban González Pons, también fue expulsada de Venezuela tras ser retenida en el aeropuerto de Caracas. «Hemos observado una dictadura que se pudre y se cae», señaló González Pons al arribar a Madrid.
La situación adquirió mayor gravedad cuando un senador libertario, cuyo nombre se mantiene en reserva, corrió la misma suerte. «Nos dicen que no cumplimos con el perfil ni las condiciones para ingresar al país, lo cual es completamente arbitrario», denunció en sus redes sociales.
Estos lamentables episodios han puesto en tela de juicio la transparencia del proceso electoral venezolano. Numerosas voces internacionales han condenado la decisión del chavismo, calificándola como un atropello a la democracia y una violación flagrante de los derechos humanos.
Pese a estas circunstancias, la oposición venezolana ha reafirmado su compromiso con la vía democrática. «Latinoamérica entera va a defender la democracia del pueblo bravo de Venezuela», aseveró Rojo Edwards, dejando en claro que no se permitirá que el régimen socave la voluntad popular.
Ante este panorama, quedan las siguientes interrogantes: ¿Podrá el chavismo garantizar elecciones libres y justas? ¿Hasta qué punto estará dispuesto a reprimir la voz disidente? Lo cierto es que el mundo observa con atención los acontecimientos en Venezuela, donde se juega el futuro de una nación asolada por años de crisis humanitaria y autoritarismo.