La minería de Bitcoin se encuentra en crisis debido a la caída en su rentabilidad, pero los mineros han encontrado un salvavidas inesperado: la Inteligencia Artificial (IA). Estas empresas están redirigiendo sus vastos recursos hacia el alojamiento de servidores dedicados al procesamiento de datos y modelos de IA.
La IA representa una solución atractiva, ya que demanda grandes volúmenes de electricidad y capacidad de procesamiento, dos recursos que los mineros tienen en abundancia. «Los mineros aumentan gradualmente sus ingresos mediante ventas a empresas de IA», señaló Lucy Hu de Metalpha.
A pesar de que la IA consume menos energía que la minería, su huella ecológica sigue siendo considerable. Una consulta de texto en IA puede consumir hasta 1.000 mWh, mientras que una de video oscila entre 10 y 100 Wh, superando ampliamente a los motores de búsqueda convencionales.
El acuerdo millonario entre CoreWeave y Core Scientific, valorado en 3.500 millones de dólares, ejemplifica esta tendencia. CoreWeave pagará al minero por alojar hardware de IA durante 12 años, impulsando un aumento del 22% en la capitalización bursátil de las principales mineras desde su anuncio.
«La caída de recompensas llevó a los mineros a buscar nuevos canales para sobrevivir», afirmó Hu, subrayando cómo la IA ofrece un nuevo horizonte a una industria que se tambaleaba.