El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, finalmente giró a la Legislatura provincial el tan esperado proyecto de Ley de Góndolas. La iniciativa ingresó por el Senado y busca «fomentar la competencia en las góndolas bonaerenses», dando un marco normativo que garantice la venta de productos regionales y de pymes a través de un «sistema equitativo de comercialización». De esta forma, Kicillof intenta contrarrestar el vacío legal dejado tras la derogación de la ley nacional a inicios de año.

El texto presentado apunta a regular a los grandes comercios dedicados a la venta masiva de alimentos, bebidas e higiene que pertenezcan a cadenas o tengan más de 300m2. Además, propone implementar un isologo de «Producción Bonaerense» para identificar los artículos locales de micro, pequeñas y medianas empresas. «Para la producción y el trabajo, el Estado no es algo optativo», enfatizó Kicillof, contraponiendo su postura a la del presidente Javier Milei.

No obstante, para aprobar la norma, el oficialismo provincial deberá negociar con la oposición en la Legislatura, donde no tiene mayoría propia. La vicegobernadora Magario lidera un Senado atomizado, con seis bloques no oficialistas, por lo que requerirá acuerdos puntuales. Una posible vía sería el PRO, cuya ex gobernadora Vidal ya había presentado un proyecto similar en 2019, aunque nunca se trató.

Kicillof confía en repetir el éxito de las negociaciones previas con la oposición, como ocurrió con la prestación de pliegos para ocupar cargos judiciales. No obstante, el diálogo oficialismo-oposición sigue siendo frágil y atado a la coyuntura política, como se vio en temas como las indemnizaciones por despidos o la creación de empresas de emergencias y un laboratorio estatal de medicamentos.