En una esperada conferencia que generó altas expectativas, el ministro de Economía, Toto Caputo, decepcionó al no anunciar las prometidas rebajas al impuesto país ni medidas para desalentar la retención de la cosecha por parte del campo. Su principal anuncio fue un riesgoso canje de títulos en poder de los bancos.
Pese a sus reiteradas promesas de bajar 10 puntos el polémico impuesto país para «corregir el atraso cambiario», Caputo postergó esta medida hasta «agosto o septiembre» cuando se implemente la Ley de Bases y mejore la recaudación. Tampoco hubo novedades sobre un cambio en el «dólar blend» para incentivar las liquidaciones del agro, que reclaman un tipo de cambio más competitivo.
«Se mantiene el crawling peg del 2% y el 80/20. No hay proyecto de devaluación ni es cierto que el FMI lo haya pedido. Saldremos del cepo cuando estén dadas las condiciones», afirmó Caputo, desoyendo los pedidos del organismo para avanzar en una mayor flexibilización cambiaria.
En cambio, el plato fuerte fue un canje de bonos en poder de bancos que analistas calificaron como una «jugada desesperada y riesgosa» que podría generar «pánico» si las entidades deciden ejecutar los seguros de recompra vigentes.
«Nunca vi algo así. Se anunció una sarasa en un tema muy delicado. Me preocupa la apertura del lunes», advirtió un ex técnico oficial sobre el impacto en los mercados de la confusa medida de Caputo.
Las reacciones negativas no se hicieron esperar, con nuevas bajas de bonos, suba del riesgo país y del dólar paralelo. En un contexto de acelerada pérdida de reservas, el campo mantuvo su plante y se negó a liquidar la millonaria cosecha retenida.
La postergación de las anunciadas medidas para despejar el frente cambiario ahondó la incertidumbre económica, justo cuando el nuevo gobierno necesita enviar señales claras para conseguir un salvataje de fondos frescos del FMI.