La reciente visita del expresidente Mauricio Macri a la provincia de Córdoba generó malestar dentro del PRO local. Diversos dirigentes amarillos expresaron su bronca con Darío Nieto y Guillermo Dietrich, quienes organizaron el encuentro que terminó exponiendo a Macri a «un papelón», según las críticas.

La imagen del exmandatario rodeado de apenas una decena de militantes en su paso por la capital cordobesa contrastó con el músculo político que supo tener en esa provincia. «La foto de Mauricio en Córdoba es lo más parecido a los empresarios en la Fundación Libertad con Milei. Hubo desaire porque hoy el que corta tickets es otro», lamentó un referente partidario.

Desde el entorno de Macri aseguran que el objetivo principal era simplemente jugar al golf, pero tuvieron que improvisar un encuentro con figuras menores ante la negativa de los principales líderes locales a sumarse. Entre los escasos presentes estuvieron intendentes de comunas chicas y la concejala Soher El Sukaría.

En ese cónclave, Dietrich planteó la necesidad de renovar las autoridades provinciales del PRO, desplazando al diputado Oscar Agost Carreño de la presidencia por haberse alineado al schiarettismo. Sin embargo, esta aspiración chocó con la respuesta de los altos mandos nacionales: «Es necesaria una decisión política para bajar a Agost. Y eso, por ahora, no existe».

La interna quedó más al descubierto luego, cuando el bloque legislativo de Agost acompañó la aprobación de la Cuenta de Inversión 2023 del gobierno provincial, en contra de la postura de la oposición dura. Esto desató nuevos cuestionamientos a su liderazgo.

Mientras, un sector del PRO cordobés baraja reacomodamientos de cara a 2025, con posibles alianzas con Patricia Bullrich o incluso con los libertarios ante un eventual quiebre del partido a nivel nacional.

En definitiva, la visita de Macri desembocó en un nuevo capítulo del enfrentamiento interno que debilita al principal partido opositor provincial.