La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, avivó la hoguera de la interna que viene librando contra el ala moderada liderada por Mauricio Macri al despedir a Vicente Ventura Barreiro, hombre cercano a Cristian Ritondo, denunciándolo por presuntos intentos de interferir en una licitación pública. Un movimiento interpretado como una represalia por haber sido marginada de las listas electorales bonaerenses.

En un giro sorpresivo, Bullrich destituyó al secretario de Seguridad acusándolo de pretender «interferir en un proceso licitatorio de servicios de comida para el Servicio Penitenciario Federal», presentando una denuncia formal ante la Oficina Anticorrupción. «En esta gestión, la transparencia es nuestra bandera», enfatizó la funcionaria.

Sin embargo, voces disidentes dentro del PRO bonaerense atribuyen la maniobra a motivaciones políticas. «Todos los de Bullrich quedaron afuera de las listas de candidatos el martes. Desde el primer día sabíamos que Ventura Barreiro no duraría mucho», reveló una fuente macrista a este medio.

La jugada de Bullrich evoca los recientes ecos de la «doctrina Pettovello», cuando la ministra de Capital Humano desplazó a un colaborador mediante denuncias de corrupción, pese a que los hechos ocurrieron bajo su propia órbita. Un procedimiento inusual que deja al desnudo la creciente distancia con el ala moderada del partido.

«La ruptura de Bullrich con el macrismo es total. Sus legisladores comenzaron a votar en sintonía con los libertarios, de forma autónoma al bloque oficial», confirman las fuentes consultadas por este medio, dando cuenta de la profundidad de las divisiones internas.

En un nuevo capítulo de esta disputa por el control territorial del PRO, la maniobra bullrichista contra Ventura Barreiro alimenta los rumores de una inminente fractura formal del partido de cara a los comicios venideros, en caso de no lograr recomponer la unidad de las distintas líneas internas.