La Unión Cívica Radical (UCR) enfrenta una profunda división interna luego de la votación de la Ley de Bases impulsada por el gobierno de Javier Milei. Mientras Martín Lousteau encabezó el rechazo a la iniciativa, los gobernadores radicales optaron por acompañarla, ahondando la grieta dentro del partido centenario.

«No hay un solo radicalismo», admitió Lousteau al defender su postura contraria a la ley. Desde el ala más progresista, liderada por el economista, argumentan que representan al sector de la sociedad que no tolera las políticas de La Libertad Avanza.

En contraste, los mandatarios provinciales priorizan las urgencias financieras y el temor al potencial impacto sobre los recursos de sus distritos. «Es mentira que lo peor ya pasó, ahora se viene el verdadero ajuste», advirtieron fuentes gubernamentales.

Críticas y respaldos se hacen presentes en torno a la posición asumida por Martín Lousteau frente a la Ley de Bases. Mientras los gobernadores radicales lo interpelan sobre a quién representa realmente, el propio Lousteau defiende su liderazgo recordando que responde a la mayoría del partido que rechaza la iniciativa.

«Soy la voz del Comité Nacional y la Convención que preside Gastón Manes, ambos opositores a la ley. Represento a los radicales más allá de legisladores y senadores, pues no hay un solo radicalismo», afirmó en declaraciones radiales.

Desde el ala progresista de Evolución, se valora positivamente el trabajo parlamentario de Lousteau y su empeño por forzar negociaciones con el oficialismo a través de un dictamen propio. Resaltan su firme rechazo a las políticas del gobierno de Milei cuando un sector de la sociedad no las tolera.

No obstante, reconocen el impacto negativo reflejado en algunas encuestas, pero mantienen la certeza de transitar el camino correcto. Citan como contraejemplo a Rodrigo de Loredo, quien buscó acercarse al oficialismo para «darle herramientas», pero igual no logró unificar los votos de su bloque.

La grieta dentro de la UCR se profundiza, con sectores que defienden la postura confrontativa de Lousteau y otros que lo cuestionan, aumentando la incertidumbre sobre el futuro del centenario partido.

«Si la elección se hace hoy, salimos cuartos», lamentan algunos dirigentes, conscientes del crecimiento de La Libertad Avanza y la fragmentación del voto opositor.