En un duro revés para la economía salvadoreña, los ingresos provenientes de las exportaciones de café sufrieron una estrepitosa caída del 35,2% durante el ciclo cosecha 2023-2024, en comparación con el período anterior. Así lo revelan datos oficiales divulgados por el Instituto Salvadoreño del Café (ISC).

La drástica merma, que representa más de 25 millones de dólares menos en las arcas estatales, se atribuye principalmente a los efectos de la crisis climática y la incidencia del hongo roya sobre los cultivos. Como consecuencia, el volumen exportado se contrajo un 31,4%, al pasar de 323.081 a 221.671 quintales.

«La caficultura nacional fue severamente impactada por estos factores adversos, arrastrando una tendencia a la baja desde el ciclo 2013-2014, cuando se registraron mínimos históricos de producción», explicaron voceros del gremio cafetero.

Si bien la cosecha 2023-2024 mostró un leve repunte del 1,12% respecto a la anterior, las cifras distan abismalmente de los 4,3 millones de quintales que El Salvador llegó a cosechar en la temporada 1992-1993, su pico máximo.

El café, otrora motor de la economía salvadoreña con un aporte del 90% de las exportaciones totales en el período 1920-1930, hoy atraviesa una profunda crisis estructural. A esto se suman las dificultades propias del mercado internacional, con precios a la baja en mayo debido a las buenas perspectivas en las principales regiones productoras.

«La incertidumbre sobre la disponibilidad de la próxima cosecha 2024-2025 es mayúscula, no solo en Brasil y Vietnam sino también en Centroamérica, por el impacto del clima adverso», advirtió la Organización Mundial del Café.

En este escenario incierto, el Gobierno salvadoreño enfrenta el desafío de reimpulsar un sector clave, implementando medidas que amortigüen el golpe económico y fortalezcan la resiliencia de los caficultores ante los embates del cambio climático.