La sesión del Congreso de los Diputados de España del pasado 30 de mayo se vio empañada por un lamentable episodio de discriminación y xenofobia. Parlamentarios del partido de ultraderecha Vox profirieron graves insultos contra el legislador Gerardo Pisarello, oriundo de la provincia argentina de Tucumán.
En medio del tenso debate sobre la Ley de Amnistía para el proceso independentista catalán, legisladores de Vox arreciaron con epítetos ofensivos hacia Pisarello, entre ellos la palabra «tucumano» utilizada de manera despectiva y discriminatoria. También se escucharon improperios como «traidor», «corrupto» y el denigrante «sudaca».
«Es ofensivo para toda la gente que me sigue y particularmente para mí», lamentó Pisarello tras la agresión verbal. «Intentan repartir carnets de españolidad», agregó indignado el diputado de la formación Sumar, quien además es descendiente de republicanos andaluces.
Las expresiones xenófobas obligaron a suspender momentáneamente la sesión ante los vanos intentos de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, por restablecer el orden y el respeto en el hemiciclo.
Pisarello, quien llegó a España en 1995 para estudiar abogacía, criticó la actitud de quienes «quieren tapar con la bandera los intereses que defienden». El legislador nacido en Tucumán ha tenido una larga trayectoria política en Cataluña, donde fue viceacalde de Barcelona.
La deplorable situación provocó un fuerte repudio de organizaciones sociales y el movimiento migrante en España, que exigieron sanciones para los responsables de los graves ataques verbales xenófobos contra un representante de origen latinoamericano.
La escalada de violencia discursiva también generó fuertes críticas en la comunidad argentina radicada en el país ibérico, que condenó las agresiones como un «acto de discriminación inaceptable que no hace más que alimentar el odio y la intolerancia».