En medio de la crisis que sacude a su Gobierno, Javier Milei prolongó ayer la incertidumbre sobre los cambios en su equipo de colaboradores. A pesar de los constantes rumores, el Presidente evitó definiciones concretas y analizó la posibilidad de reestructurar el organigrama oficial.

Durante su visita exprés a Córdoba por los festejos del 25 de Mayo, Milei eludió cualquier gesto de acercamiento con su jefe de Gabinete, Nicolás Posse, dando señales inequívocas de su distanciamiento. «Nadie lo sabe, ni siquiera él», admitieron funcionarios sobre los planes del mandatario.

No obstante, en la interna gubernamental se da por hecho el inminente alejamiento de Posse. Incluso, se barajan nombres para reemplazarlo, como Guillermo Francos, actual ministro del Interior y uno de los principales operadores del oficialismo.

«Milei pidió llegar, saludar, hablar y volar. A las cuatro y media se termina todo», revelaron fuentes locales sobre la apretada agenda presidencial, en un intento por evitar mayores definiciones políticas ante la crisis de su equipo de trabajo.

En ese contexto de indefinición, también se especula con una posible reestructuración general del organigrama oficial. Algunas voces cercanas al Presidente cuestionan las «atribuciones» de la Jefatura de Gabinete y no descartan «vaciarla» de funciones de manera paulatina.

Mientras Milei aún no toma una decisión final, sus funcionarios evitaron confirmar o desmentir los rumores sobre la salida de Posse. En el ala dura del Gobierno, la regla es clara: «El Jefe manda». Por ahora, la única certeza es que el proceso de remodelación sigue en un completo compás de espera.