El encuentro de Javier Milei con empresarios españoles no tuvo la convocatoria estelar que se esperaba. Según fuentes consultadas, la mayoría de las grandes firmas optaron por enviar representantes de segunda línea para no tensionar la relación con el gobierno de Pedro Sánchez.

A pesar de la expectativa generada, finalmente los máximos directivos de compañías clave como Telefónica, Inditex o ACS brillaron por su ausencia. «Al final, se llenó de cuatro de copas. No estuvieron ni Botín, Álvarez Pallete, Amancio Ortega o Florentino Pérez. Los verdaderos dueños de la España empresarial», revelaron voceros cercanos al encuentro.

La decisión habría respondido al deseo de no ofender al presidente Sánchez, con quien el empresariado español mantiene una relación de cooperación a pesar de algunas tensiones puntuales. De hecho, el propio Sánchez cargó contra Milei, tildándolo de «líder de la internacional ultraderechista que odia todo lo que representamos como sociedad».

Sin embargo, esta baja asistencia de los máximos responsables no implicó un desplante total. Figuras de peso como Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, o Héctor Grisi, CEO del Santander, estuvieron presentes en la reunión celebrada en la Embajada argentina en Madrid.

Más allá de los roces diplomáticos, persiste entre algunos empresarios la expectativa por potenciales desregulaciones en Argentina. No obstante, los nubarrones económicos del país también generan cautela ante el posible impacto en sus filiales locales.

Esta situación contrasta con la visita de Néstor Kirchner en 2004, cuando gran parte de la cúpula empresarial española acudió a su convocatoria pese a los iniciales recelos. En esta ocasión, Milei no logró cautivar por completo al establishment económico, que optó por mantener un prudente equilibrio con el gobierno anfitrión.