El diputado provincial que responde a Maximiliano Abad y preside uno de los dos bloques radicales en la legislatura bonaerense estaría cumpliendo a rajatabla el acuerdo político entre su jefe y el Gobernador Axel Kicillof.

Son varias y constantes las señales que evidencian una “afinidad” entre el diputado que ingresó en la lista de Bullrich pero admira fervorosamente a Cristina Kirchner y el ejecutivo bonaerense.

El corazón kirchnerista del diputado Diego Garciarena le viene como anillo al dedo a su amigo personal y jefe político, el Senador Nacional marplatense y Presidente del radicalismo bonaerense, Maximiliano Abad.

Desde hace varias semanas, como ya lo mencionó Agencia País, es vox populi que Abad tendría cerrado un acuerdo con Martín Menem a nivel nacional y otro con Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires.

“Si no te gustan mis principios tengo otros” sería la frase que mejor grafica la forma de moverse del senador marplatense que jamás encabeza una boleta pero siempre sale muy favorecido en el reparto de lugares en listas y cargos ejecutivos en distintas dependencias.

Con Garciarena alineado a Kicillof, Abad salvó al ejecutivo Nacional en el Senado con una intervención clave en una maniobra con mucha cintura política.

Con los intendentes del PRO criticando duramente al gobernador bonaerense y las ácidas intervenciones del senador Alejandro Rabinovich, el representante de Abad y Kicillof salió a cuestionar la tasa municipal a los combustibles implementada por el intendente Montenegro.

Los acuerdos personales de Abad lo ubican en una situación que en otros tiempos hubiera resultado incómoda e imposible de sostener. Pero en 2024 la incomodidad no es una sensación que muchos políticos sientan ni las incongruencias deban justificarse.