Transcurridos los primeros meses al frente del Ejecutivo nacional, las políticas aplicadas por el presidente Javier Milei demostraron sus primeros efectos al lograr desacelerar la inflación al 8,8% en abril, llevándola a un solo dígito.

Esta desaceleración fue ampliamente celebrada por los referentes del oficialismo, quienes consideran que evidencia el éxito de las medidas implementadas. En ese sentido, el diputado Alejandro Carrancio expresó su beneplácito a través de sus redes sociales, afirmando que «la inflación alcanzó un solo dígito, demostrando el éxito de las políticas económicas de nuestro gobierno».

No obstante, desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) manifestaron su preocupación por considerar que podría tratarse de un fenómeno de «inflación reprimida». Según trascendió, el organismo advierte sobre un potencial atraso cambiario generado por la decisión oficial de posponer hasta septiembre los aumentos en las tarifas de los servicios públicos de gas y electricidad.

«El FMI está preocupado por la inflación reprimida y el atraso cambiario», señaló un reputado economista que dialogó con técnicos del organismo internacional. Esta medida sería, a los ojos del FMI, una intervención deliberada sobre los precios que los aleja del «sinceramiento» prometido por Milei al asumir.

Aunque desde el Ejecutivo destacan la reducción a un dígito como un triunfo, el interrogante instalado por el FMI apunta a cuál será el impacto cuando en septiembre se liberen esos precios congelados. La experiencia histórica sugiere que resulta mucho más sencillo aplicar ese tipo de medidas que revertirlas sin generar un impacto inflacionario.