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Tomar el voto en joda – Por Joaquín Gayone

Hay precedentes. Ya les había pasado a los chilenos y también a los santafesinos. Usar el voto para divertirse no es buena idea.

Era 2007 y estaba en Rosario, tomando un café en el centro de la ciudad. Formaba parte del equipo de Rafael Bielsa. Al día siguiente eran las elecciones y enfrentábamos a Hermes Binner.

Le pedí a la camarera que me dijera, en confianza, a quién iba a votar al día siguiente. “A Binner”, me dijo. “Me podés decir el motivo?” le pregunté y me respondió: “porque así tenemos al único gobernador socialista del país”. Veinticuatro horas después, ganaba Binner y comenzaba una etapa en que el narcotráfico tomaría el control de la provincia. A partir de esa elección, por querer llamar la atención teniendo un gobernador distinto al resto, los santafesinos perdieron su seguridad y libertad de mano de un poder narco que el socialismo no sólo jamás pudo controlar sino que le permitió fortalecerse cada vez más.

El año pasado, participaba de una reunión (asado) en una localidad cercana a Santiago, en Chile.
“Se vino abajo Chile en pocos meses. La gente en las calles está diferente” comenté. “Por qué votaron a Boric?” interrogué enseguida. La respuesta de un grupo de personas que eran más Piñera que Bachelet fue: “Porque pensamos que le podíamos dar un susto a los políticos de siempre, pero al final muchos hicimos lo mismo y terminó ganando”.

Y bueno, si te ponés a boludear con el voto, el resultado puede ser malo.

Para poder votar y elegir a quienes queremos que nos representen es fundamental vivir en un país democrático y sobre todo, bajo un Estado democrático. Vivir en democracia no fue gratis en Argentina. Hubo muertos en manos del terrorismo (Montoneros, ERP) y muertos y torturados en manos del Estado. En medio de esa guerra entre asesinos estaba el pueblo que quería levantarse para ir a trabajar, que los chicos vayan a la escuela y si era posible, a la universidad. A muchos les gustaba leer, salir a caminar en familia o en grupos de amigos, salir a bailar o reunirse a discutir temas filosóficos, existenciales, políticos. Durante años, eso no fue posible. Porque la muerte o la desaparición estaban a la vuelta de la esquina. Había que cuidarse hasta de quienes pudieran ver la tapa de un libro que se estaba leyendo.

Hoy existe una libertad que en ese momento no se tenía. Pero tenemos mucha menos libertad de la que soñábamos.

Hoy, la violencia, la descalificación, el odio, el facismo se expresan a través de muchos conocidos nuestros que utilizan las redes sociales para decir lo que cara a cara con otra persona jamás se atreverían. Ellos son seguidores de Milei, de Bullrich, de Macri. Muchas cabecitas que hace años eran imperceptibles, porque no se jugaban dando una opinión de ninguna manera pero hoy son verdugos anónimos de una de las dictaduras globales mas grandes que haya existido. Digo global porque involucra a seguidores de Trump, de neonazis europeos, de judíos tan extremistas y asesinos como Hezbollá pero con mejor marketing, etc, etc. Grandes masas de ratones de laboratorio con deseos de exterminio de aquel que piensa distinto.
Ello incluye a quienes piensen igual pero no odien a su enemigo. Están en todas partes. Es obligatorio expresar odio hacia el enemigo del facista, de lo contrario, serás perseguido o destruído por las fuerzas del cielo, de Alá, Yahvé o el nombre que quieras inventar. Lo bueno de las deidades, es que nunca existieron físicamente ni hay pruebas de que alguna vez hayan existido. El hecho de que la religión sea una excusa para lapidar gente en el 2024 explica claramente que la especie humana es más estúpida de lo que se autoconvence que es.

Para completar la ola de desquiciados fanáticos están los otros, los que no creen en ninguna religión pero son fundamentalistas de la ciencia. La ciencia como tal es tan abstracta y absurda como cualquier religión, pero se diferencia en que suele ser la preferida de las corporaciones que se enriquecen a costa de los ignorantes que sólo creen y dan por cierto de manera absoluta, las definiciones consideradas científicas. Ciencia y religión nos agobian metiéndonos en una picadora de carne, como la del video de Pink Floyd en The Wall.

Milei, desde sus primera apariciones en tv, era un loquito del que costaba reírse porque la culpa hace su trabajo. No está bien reírse de alguien que claramente tiene algún problema. Milei evidencia que tiene necesidades de atención y problemas psiquiátricos que los podés notar en dos minutos. Además de lo obvio, no lo inventó nadie: él mismo afirmó que recibe mensajes y consejos de su perro muerto, que su hermana lo ayuda a decodificarlos y ya lo más incomprensible para un ser humano: dijo eyacular cada tres meses. No me jodan, no está bien. Eso por algún lado tiene que explotar.

El león, hoy león meado, llegó a la cima con el discurso tan boludo, hueco y tonto que ni un adolescente bien opa podría comprar. Pero miles y hasta por ahí algunos millones, compraron.

Decía que era el enemigo de la casta, con quien armó decenas de alianzas electorales, también hizo una obra de teatro en Mar del Plata donde rompía una piñata que simbolizaba el Banco Central y aseguró (está el video) que tenía 100% confirmado (en mensajes de whatsapp) el nombre de quien le daría los dólares necesarios para dolarizar la economía.

¿Qué podía salir bien?

Era un cúmulo de delirios, fantasías y ridiculeces propias de alguien con las facultades mentales en problemas. Pero el 30% de los votantes quiso creer y otro 26% decidió divertirse con el voto o tirarse al precipicio con tal de que no haya más kirchnerismo-massismo-peronismo-cristinismo. El voto en blanco, que fue bajísimo, representaba que uno no quería a ninguno de los dos peores candidatos a Presidente de la historia. Pero el facismo desde el anonimato y los fanáticos que cobraron vida hace apenas unos poquitos años trabajó duro. El odio, la cancelación y la humillación jugaron un papel importante.

Los santafesinos quisieron destacarse, mostrarse re pro con un gobernador socialista (ya en ese momento no podía saberse que era un socialista, no existían, eran anécdotas y parte del pasado, pero no presente). Los chilenos se quisieron mandar una jodita y se pasaron de rosca. Pero claro, los argentinos, si no llamamos la atención a nivel mundial creemos que dejamos pasar una oportunidad. Somos Maradona, Messi, Francisco y una veintena de compatriotas que trascendieron las fronteras. El 56%, entre fanáticos y huérfanos, votó a Milei en la definición por descarte.

Costó mucho recuperar y mantener la democracia. Paradójicamente, tuvimos la Semana Santa más fuerte de nuestra historia saliendo a defenderla. Justo en fecha religiosa (no recuerdo que se conmemora o recuerda).

Con el voto no se jode. Se jode con la play, con el truco, jugando verdad-consecuencia, el día de los inocentes. Con el voto no.

Y si no te interesa el bienestar general (de los que piensan como vos y de los que no piensan como vos) mejor no votes. Buscá algo que le haga bien a tu ser, que te produzca bienestar y equilibrio. Te ayudará a no pensar en vivir odiando. Y si no tenés ganas de hacer algo positivo, volvé a hacerte el desinteresado en la política, que hacés mucho menos daño.

Por Joaquín Gayone

Analista y Consultor en Comunicación Política.
Director de SocialData.com.ar
Web: https://www.joaquingayone.com.ar