Alexei Navalny, el líder opositor ruso fallecido en prisión, recibió un emotivo adiós por parte de miles de personas en Moscú, a pesar de las advertencias del gobierno de Putin. El servicio religioso se llevó a cabo en una iglesia en el distrito de Marino, donde Navalny vivía antes de ser encarcelado. Aunque el velatorio duró poco más de media hora y los seguidores no pudieron ingresar al templo, el féretro con el cuerpo de Navalny fue trasladado al cementerio de Borísovo. A pesar de las estrictas medidas de seguridad y las advertencias de las autoridades, cientos de personas se congregaron para despedir al líder opositor.

La despedida de Navalny fue una clara muestra de apoyo público y de la importancia que tuvo como líder opositor en Rusia. A pesar de las acusaciones de corrupción y del envenenamiento que sufrió, Navalny se destacó por denunciar la corrupción en la administración de Putin. Fue arrestado en enero de 2021 al regresar a Rusia desde Alemania, donde fue tratado por el envenenamiento. Durante el velatorio, la viuda de Navalny, Yulia Navalnaya, responsabilizó directamente a Putin de la muerte de su esposo.

El funeral de Navalny estuvo rodeado de tensiones y temores de arrestos. Hasta el momento, al menos 400 personas han sido detenidas en memoriales en honor al activista desde su fallecimiento. La viuda temía que hubiera más arrestos durante el funeral y expresó su preocupación ante el Parlamento Europeo. Por su parte, el Kremlin ha negado cualquier responsabilidad en la muerte de Navalny y el presidente Putin ha guardado silencio al respecto. A pesar de las dificultades y obstáculos que enfrentó la familia para organizar el funeral, finalmente se pudo llevar a cabo en medio de un ambiente de apoyo y respeto hacia el líder opositor.