El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, expresó su furia hacia Javier Milei por las amenazas que lanzó tras el fracaso de la Ley Ómnibus. Durante la inauguración de una autopista, Sáenz afirmó: «No nos vamos a arrodillar ante nadie. Aquí no hay traidores. Aquí no hay mentirosos. Aquí hay gente de bien que está pagando las consecuencias de muchos». Además, criticó la distribución desigual de los subsidios al transporte, señalando que los habitantes de la Capital Federal pagan tres veces menos en comparación con los salteños, los jujeños y los tucumanos.
El mandatario salteño también mencionó el alto costo de vida en su provincia en comparación con el centro del país. Hizo hincapié en que si no se brindan oportunidades a las industrias para invertir en Salta, no se podrá mejorar la situación económica. Sáenz afirmó que Salta es «un gigante dormido que se empieza a despertar» y llamó a los funcionarios del gobierno nacional a conocer las necesidades del norte del país.
La relación entre Sáenz y el gobierno nacional se vio afectada luego de que Milei pidiera la renuncia de la secretaria de Minería de Salta, Flavia Royón, quien responde directamente al gobernador. Esta ruptura se hizo evidente en el discurso de Sáenz, dejando en claro que la relación entre ambas partes es total. Además de Royón, otros funcionarios salteños y cordobeses también fueron desplazados del gobierno.