La diputada nacional Juliana Santillán, oriunda de Mar del Plata, suele recibir duras críticas en sus redes sociales, especialmente en x.com.
Santillán cobró cierta notoriedad por su supuesto romance con Pablo Moyano y apariciones como panelista en programas de chimentos (en un bloque televisivo se refiere despectivamente hacia otros invitados, entre ellos Javier Milei, a quienes “les podría explicar de economía”). Podríamos preguntamos: ¿es acaso alguna de esas realidades algo importante?
Hoy, en éste momento histórico que atraviesa la Argentina, la diputada habría tenido un papel protagónico en la decisión del ejecutivo de eliminar de la ley «Bases» los artículos considerados perjudiciales para la industria y el trabajo vinculado a la pesca. Si bien el Intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro y el Gobernador de Chubut, Ignacio Torres, participaron activamente y en bloque en distintas reuniones sobre el tema, el papel de Santillán pudo influenciar puertas adentro del espacio oficialista.
Esta participación en favor de los intereses de la industria pesquera (que une empresas, trabajadores y la ciudad en general) sería un muy buen comienzo en el cumplimiento de sus funciones por parte de la diputada. Eso debe ser indudable. El problema que surge es que la panelista suele publicar, desde hace años, fotografías en las que da un protagonismo casi absoluto a su apariencia física. Las imágenes suelen parecer en broma o memes, ya que ninguna refleja la importancia de lo que en teoría quiere transmitir. Sus posturas un tanto sobreactuadas generan reacciones generalmente de fastidio por parte de quienes le exigen que dedique menos tiempo a posar las fotos y mayor a su función de legisladora.
En unos de sus últimos twits, además de comentarios sobre su cuerpo, lo cual no parece molestarle a la diputada, recibió duras críticas y hasta comentarios sobre el colgante que luce, el cual es, por lo menos a la vista, similar a uno que se consigue en tiendas on line y que se utilizaría contener y consumir algún tipo de polvo.
Estas reacciones en los comentarios indican que la imagen y la apariencia personal de los políticos todavía juegan un papel importante en la percepción pública.
Es común que los políticos sean objeto de críticas por su apariencia, acciones o comportamiento en las redes sociales. En este caso, es posible que algunos comentarios en las redes sociales expresen descontento o desaprobación hacia la diputada Juliana Santillán, argumentando que su postura más similar a la de una modelo en lugar de una representante política es inapropiada y poco seria. Algunos ejemplos de los comentarios recibidos:
“Aparte de vivir sacándose fotos que proyectos piensa presentar en el Congreso. ? Cobra bien lindo para hacer tan poco. O está buscando fama como doña Lemoine?”
“Super hot, pero se está postulando para modelo o televisión?”
“Seguimos con el collarcito portador de merca? Más disimulo che”
“Lindo collar! Servicio completo!”
“Se puso lindo el congreso. Hay gato encerrado parece. Y por el collar, fafafa no va a faltar”
“Me voy a cambiar a las fuerzas del cielo porque estás buena”
“Muy muy muy comible”
“Que belleza enorme!”
“Me tenés absolutamente loko juliana estas infernal”
“Te voto toda”
Algunos usuarios parecen más interesados en la estética y la belleza de la diputada, mientras que otros expresan descontento o sospechas sobre sus intenciones políticas. Es importante destacar que estos comentarios son completamente subjetivos y no necesariamente reflejan la realidad o la calidad del trabajo político de la diputada.
En general, estos comentarios muestran la importancia que se le otorga a la imagen y la apariencia en la política actual. Sin embargo, es fundamental recordar que lo más relevante en un representante político debería ser su compromiso, sus acciones y su capacidad para abordar los problemas y necesidades de sus electores. La atención excesiva a la apariencia personal puede desviar la atención de los asuntos más importantes y esencialmente trivializar la labor política.
Además, si es real su participación en la modificación al artículo sobre pesca (diputados de otros bloques lo habrían confirmado), Santillán estaría, como dijimos anteriormente, cumpliendo su labor de manera perfecta teniendo en cuenta que forma parte del cuerpo desde hace menos de dos meses.
Juliana Santillán tiene todo el derecho a mostrar su cuerpo, como lo ha hecho siempre. Pero tal vez a partir de ahora, si le diera menos espacio a lo estético y mostrara su labor parlamentaria de manera más acorde a las formas que requiere la dura realidad del país, podría valorarse su trabajo en la forma que merece. Ya ha demostrado que se expresa y argumenta mucho más profesionalmente que varios de sus compañeros de bloque.
Estamos hablando de quien tal vez, por el potencial demostrado en tan poco tiempo, pueda convertirse en una de las voces más importantes del oficialismo en la cámara de diputados.
#VLLC pic.twitter.com/Vygd2EcH1H
— Juliana Santillán Juárez Brahím (@SantilanJuli223) February 4, 2024