La participación del embajador de Uruguay en Argentina, Carlos Enciso, en una reunión política en la sede de campaña del precandidato del Partido Nacional (PN) Álvaro Delgado ha causado revuelo tanto en la oposición como en su propio partido. Según la Ley 19.841, del funcionario del servicio exterior, los diplomáticos deben estar «al servicio de la Nación con entera independencia de personas, grupos políticos o partidos», y «debiendo servir con imparcialidad al interés general».
La noticia generó críticas y preocupación entre los legisladores blancos, quienes la recibieron con indignación. Algunos señalaron que esta no es la primera vez que Enciso realiza este tipo de acciones, y destacaron que su actitud es transgresora y reiterativa. Incluso, se mencionó que siempre terminan discutiendo sobre si el embajador debe renunciar. La actitud infantil del embajador ha generado indignación en las filas nacionalistas.
En el Frente Amplio también cayó muy mal la participación de Enciso en la reunión política. El senador Daniel Caggiani afirmó que el embajador es un «reincidente contumaz» y que ya había participado en otras actividades políticas anteriormente. Para el FA, esta es la gota que colma el vaso, ya que Enciso no cumple con el estatuto del funcionario del servicio exterior. Caggiani considera que el embajador debería renunciar si quiere dedicarse a la tarea partidaria, ya que el presidente Lacalle Pou les pidió a los ministros que no estén incluidos en la inhibición de hacer política.
Ante esta situación, la bancada del FA ha decidido convocar al canciller Omar Paganini para que informe sobre las contrataciones de la delegación de Uruguay en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande. Caggiani subrayó que se le consultará al ministro si está de acuerdo con las conductas de Enciso, ya que integra el servicio exterior y debe cumplir con el estatuto. Para el FA, la observación no es suficiente, ya que hay una reiteración real de faltas por parte del embajador.