Nicaragua anunció la retirada de su embajador en Argentina, Carlos Midence, profundizando aún más el aislamiento del régimen. Esta decisión se debe a las declaraciones del presidente electo de Argentina, Javier Milei, quien ha manifestado su oposición al régimen de Daniel Ortega. Según la Cancillería de Nicaragua, el retiro del embajador es de «carácter inmediato» debido a las «reiteradas declaraciones» de Milei. Esta acción se suma a la lista de puentes diplomáticos que el régimen de Ortega ha dinamitado, incluyendo las relaciones con Estados Unidos, el Vaticano y Colombia.
Desde su candidatura presidencial, Milei ha dejado claro que no mantendría relaciones diplomáticas con Nicaragua, considerando a Ortega como un «comunista», junto con los regímenes de Cuba y Venezuela. Aunque el régimen de Ortega-Murillo felicitó a Milei por su victoria en las elecciones presidenciales de Argentina, la relación se ha ido tensando debido a la postura crítica de Argentina hacia las elecciones generales en Nicaragua, las cuales fueron consideradas «ilegítimas» por el gobierno saliente de Alberto Fernández. Esta retirada del embajador Midence profundiza aún más el aislamiento internacional del régimen de Ortega-Murillo.