Hace pocos días realizamos una encuesta en Mar del Plata junto a SocialData.com.ar, la consultora con la que acertamos los resultados electorales de 2021.
El 30,39% de los encuestados se identificaron ideológicamente con el Frente de Todos. El 24% indicó que votaría por Fernanda Raverta, Directora de ANSES, como candidata a intendente. A ese porcentaje habría que agregarle el 1% que obtuvo Manino Iriart, un ex diputado provincial que trabaja en el Correo Argentino y asoma cuando Berni o Scioli levantan perfil. Iriart dispondría de medios económicos para participar ya que según se comenta en el interior del peronismo, contaría con caja para la política de la mano de su esposa, quien es diputada hasta el 10 de diciembre.
Si tomamos en cuenta que en la última elección Acción Marplatense sumó poco más de 7% y en la reciente encuesta Gustavo Pulti llegó al 11%, podría ser que el ex intendente se lleve un 4% de los votos del Frente de Todos.
Con éste 24%, Raverta sacaría un 4% menos que Virginia Sívori en 2021. El Frente de Todos está retrocediendo electoralmente desde que Raverta, además de ser designada a dedo como líder de La Cámpora, controla el PJ local.
Raverta siente un profundo amor y admiración por Cristina Kirchner. No sólo lo expresa en su cuenta de twitter sino que lo ha demostrado de manera contundente ni bien tuvo la oportunidad: su dependencia, ANSES, le otorgó a la ex presidente y actual vicepresidente, pensiones y jubilación por millones de pesos mensuales. Raverta ama tanto a Cristina que por si había perdido su fortuna donándosela a su hijo, volvió a hacerla rica con los fondos de los jubilados. Cristina no tendrá jamás problemas de dinero.
Ese gesto de incondicionalidad hacia su líder no fue una grata señal para los vecinos de Mar del Plata y Batán a quienes pretende representar. Ellos siguen esperando que se definan miles de juicios que jamás tendrán el tratamiento express que tuvo el trámite de Cristina Kirchner. Los marplatenses que cobran y seguirán cobrando una magra jubilación hasta su muerte, podrán seguir la vida de Cristina como los humildes veían a Carlos Menem manejando una Ferrari.
Raverta no es líder. No tiene ni el carisma ni capacidad de liderazgo. Pero su cercanía a Máximo Kirchner y la influencia que significa ser hija de un poderoso empresario armamentista y Presidente de la Cámara Argentino Israelí, la ubicó en un lugar por decreto.
Raverta llevó, en conjunto con su esposo, el senador Pablo Obeid, a prácticamente todas las derrotas posibles al Frente de Todos. Apenas pudo ganar la elección del peronismo local enfrentando a un puñado de veteranos que no convocaban afiliados ni como para llenar un desvencijado local.
Un 80% de imagen negativa en su cuidad, ubican a la directora de Anses en una incómoda posición de cara a las elecciones del presente año. Dentro del 24% de vecinos que la votarían, muchos lo harían por obediencia ideológica, pero no se sienten representados por ella.
En Buenos Aires no puede mencionar a su esposo porque lo consideran el responsable de las estrategias electorales que vienen golpeando duro al kirchnerismo local. Por otro lado, la funcionaria intentó instalar al presidente del Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata, Gabriel Felizia. Pero el hombre apenas es conocido por los empresarios del puerto. Los vecinos del barrio no lo registran, y mucho menos fuera del puerto.
Raverta está en una búsqueda desesperada por quitarse el peso de tener que poner su cara en una boleta que caerá más duro que nunca. En esa búsqueda de salida elegante y por supuesto, redituable, hay distintas hipótesis.
“Fer ubicó a Pablo como senador hasta el 2025. Lo ideal sería que ella consiga un lugar en lista de diputados o senadores nacionales para alternar con él y asegurarse ingresos y caja como mínimo hasta el 2027”, afirman en el pequeño espacio disidente del peronismo local.
Desde hace tiempo, La Cámpora ha inundado de empleados militantes las oficinas de ANSES, PAMI y IOMA. Ya tienen una experiencia previa que los entusiasma: Cuando Cambiemos gobernó el país y la Provincia, no echó a los ñoquis que metió el kirchnerismo. Esos “parásitos de la administración pública” quedaron enquistados para desgracia de los vecinos y de quienes circunstancialmente queden al frente de esas dependencias por tiempo limitado.
Militantes cercanos, familiares y amigos ya están pegados al Estado, pero Raverta buscaría algo más acorde a la obsecuencia demostrada y asegurarse una vida de bienestar personal.
En su entorno descartan que busque realmente la posibilidad de ir por la intendencia. La dirigente camporista tiene un problema mucho mayor que la falta de carisma, sobreactuación y nulo liderazgo: Fernanda Raverta odia a los marplatenses. Sencillamente los odia porque no la eligen a ella.
Posee un sentimiento típico de aquellos líderes de países como Cuba, Venezuela o Nicaragua, que si no los eligen a ellos son capaces de cerrar el Congreso y decretar su reinado o como el caso de Evo Morales en Bolivia, que confesó realizar fraude pero por el bien de su pueblo.
Por ahora, Raverta cumpliría con la promesa a un pequeño grupo de empresarios locales iniciando la trascendental obra de Circunvalación pero arrancando por mejorar el tramo que les permita a ellos tener mejor rendimiento logístico. El beneficio para los vecinos, para los barrios, deberá encomendarse al gobierno que venga, porque La Cámpora primero cumpliría con los empresarios.
Mientras tanto, la estrategia es instalar el terror: “Si suspenden elecciones, imaginate todo lo que te pueden suspender…• La jubilación por moratoria • Los medicamentos gratis del PAMI • Las becas Progresar. Y vos: ¿qué crees que te van a suspender?” pregunta Raverta en su cuenta de Twitter.
Electoralmente, una foto reciente dejaría alguna pista sobre la sorpresa que podría tener preparada la titular de Anses: ¿Está entre el ex senador de Juan Garivoto, Gabriel Pampín y el ex senador de Cambiemos y referente Pro Vida que ahora milita en La Cámpora, Lucas Fiorini, el candidato a intendente local del Frente de Todos? Muchos creen que sí.
Salir del centro de escena, ubicarse en el Congreso y dinamitar el peronismo-kirchnerista local sería el plan de Raverta sabiendo que en la ciudad a la que quiere cuidar, no conseguiría siquiera los votos que sacó Sívori en 2021.
Por Joaquín Gayone
Agencia País
La semana próxima «Acción Marplatense y los libertarios: Presente y… futuro?»