La crisis económica en Argentina podría tener un fuerte impacto en las próximas elecciones presidenciales:
•Desaprobación del oficialismo: El gobierno peronista de Alberto Fernández ha sido incapaz de revertir la crisis y controlar la escalada del dólar y la inflación. Esto podría generar un alto rechazo hacia el oficialismo y beneficiar a la oposición en los comicios.
•Cambio de rumbo: Si la situación económica continúa deteriorándose, los argentinos podrían optar por un cambio de modelo político-económico, apostando por propuestas más liberales. Esto significaría la derrota del kirchnerismo tras varios períodos en el poder.
•Incertidumbre e inestabilidad: La crisis podría agudizar la incertidumbre respecto al futuro de Argentina, lo que alteraría las preferencias electorales de los ciudadanos. En este escenario difícil de prever, las elecciones se volverían más reñidas e impredecibles.
•Promesas populistas: Para revertir su imagen, el oficialismo podría recurrir a más medidas populistas y demagógicas. Esto aplacaría momentáneamente la crisis, pero complicaría aún más la salida de la misma, atentando contra la economía de Argentina a largo plazo.
• Polarización: La crisis económica suele exacerbar la polarización política en la sociedad. En Argentina, esto podría traducirse en un debate electoral cada vez más confrontativo, lejos de la búsqueda de consensos tan necesarios.
En definitiva, la crisis económica abre un abanico de posibilidades respecto al impacto electoral en Argentina. El curso de los acontecimientos de aquí a las elecciones determinará cuál de estos escenarios, si no una combinación de ellos, se concreta finalmente.